California es considerado como un estado santuario porque Los Ángeles y San Francisco son las ciudades con mayor número de migrantes indocumentados.
Una resolución establece que, a partir de ahora, los residentes de Los Ángeles serán “juzgados por sus contribuciones a la ciudad o su compromiso con su familia, y no por el lugar de donde provienen o por el color de su piel”.
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Nueva York también forma parte del listado. El año pasado el alcalde Bill de Blasio dijo que de ser necesario se eliminarían las bases de datos con nombres de cientos de migrantes que recibieron una tarjeta de identificación municipal, ya que esta podría servir para identificarlos y deportarlos.
En la lista también figura la ciudad de Chicago porque las autoridades policiales y municipales tienen prohibido preguntar sobre el estatus migratorio de las personas. Tampoco tienen el poder de detener a los indocumentados para deportarlos.
Las principales ciudades que siguen ayudando a los migrantes son Seattle, Portland, Providence y Washington. Todas estas luchan contra las duras leyes que ha impuesto el presidente Trump.
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