Consignas como “México feminicida” o “Nos están matando” volvieron a escucharse en el centro de la capital de un país donde diariamente matan a diez mujeres, según datos oficiales.
Las jóvenes lanzaron pintura roja contra la puerta principal del Palacio Nacional, aunque los dispositivos antiincendios del mismo soltaron agua que limpió la madera y pronto sólo quedaron los grafitis de los muros y los gritos.
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“Da rabia cómo asesinaron a Ingrid, cómo los medios exhibieron su cuerpo”, leyó una joven encapuchada que solo se identificó como miembro de un grupo del Estado de México. “Da rabia cómo la sociedad nos juzga a nosotras diciendo que ésas no son las formas de politizar nuestra rabia. Si nuestras protestas les perturban la paz, pues entonces no tendrán paz hasta que nosotras no tengamos justicia”, agregó. “No estamos enojadas, estamos furiosas”.
Las feministas volvieron a protestar contra filtraciones que aparentemente sólo pueden llegar de funcionarios y que permitieron la divulgación de fotografías que re victimizaban a Ingrid Escamilla, la joven asesinada brutalmente el pasado fin de semana, aparentemente a manos de su pareja.
El hombre, que fue arrestado, supuestamente confesó haberla matado con un cuchillo, luego mutiló su cuerpo y arrojó parte de su cadáver a la alcantarilla.
Las autoridades volvieron a comprometerse a investigar lo sucedido, tanto el asesinato como las filtraciones, pero las decenas de jóvenes concentradas el viernes por la mañana para mostrar su indignación ya no creen en estas promesas.
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“Son simulaciones, aparentemente se habla de equidad de género, de violencia de género, pero la realidad es otra”, agregó la joven del Estado de México que actuó como vocera del grupo.
“¡Queremos justicia!”, coreaban las chicas el viernes por la mañana mientras en el interior del Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador intentaba calmar los ánimos en su conferencia matutina cuando una joven le echó en cara la falta de resultados de las autoridades.
“No estoy metiendo la cabeza en la arena, no estoy evadiendo mi responsabilidad”, dijo el mandatario que calificó el machismo como “un anacronismo, un acto de brutalidad”.
“No a crímenes de odio contra mujeres”, dijo. “Celebramos que las mujeres defiendan su derecho a la seguridad, no es nuestro propósito ofender a nadie; estoy con las mujeres”.
El mandatario ha sido fuertemente cuestionado esta semana ante la perspectiva de que con la reforma del código penal que está pendiente, se suprima el feminicidio como delito y quede sólo como agravante con el argumento de la dificultad de los fiscales para poder acreditarlo.
Por eso el viernes insistió en que “no se van a modificar las leyes para aminorar castigo a los delincuentes”.
Tras la concentración, un grupo de mujeres fueron recibidas por las autoridades mientras otras preparaban más protestas frente a las sedes de periódicos.
La Secretaría de Gobernación pidió esta semana que se tomen medidas para evitar nuevas filtraciones y se castigue a los responsables, pero también abogó por sancionar a los medios que publiquen esas imágenes. “La libertad de expresión y el acceso a la información tiene límites”, indicó en un comunicado.
Ninguna de estas palabras tranquiliza de momento a las jóvenes protestantes que quieren hechos y no más declaraciones.
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“La sangre de las víctimas de feminicidio está en las manos del presidente, en las de cada persona que dice que no son las formas porque su pinche indiferencia también nos asesina”, indicó la joven que actuó de vocera ante los medios.