En el ataque, dentro y justo afuera de una tienda en esa ciudad de Baviera dejó también cinco heridos de gravedad. El sospechoso, un somalí de 24 años de edad, fue baleado en la pierna por un policía y fue arrestado luego que transeúntes lo acorralaron en el lugar y lo sujetaron.
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Las autoridades el domingo seguían tratando de dar con la razón del ataque, aunque manejan la hipótesis der que el individuo actuó solo. Están tratando de averiguar su condición psicológica o si albergada creencias islámicas radicales. No se pudo determinar si había atacado específicamente a mujeres.
“Todos estamos afectados, porque le pudo haber ocurrido a cualquiera”, expresó Franz Jung, obispo de Wuerzburg, en el servicio religioso en la catedral local.
Al servicio asistieron familiares de las víctimas, el obispo protestante local, un delegado de la comunidad musulmana local, el líder de la comunidad judía alemana, líderes políticos de Baviera y agentes de la policía y de los cuerpos de rescate.
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El alcalde Christian Schuchardt advirtió que “los crímenes de individuos jamás deben ser atribuidos a todo un grupo étnico, nacional o religioso”, enfatizando que la sociedad no debe culpar a los somalíes o a los refugiados como colectividad.
