TEHERÁN, IRÁN.-Al menos 15 personas murieron el miércoles y decenas resultaron heridas en un atentado contra el principal santuario chiita del sur de Irán, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
El ataque fue perpetrado por un individuo “durante la plegaria vespertina” en el mausoleo de Shah Cheragh, de la ciudad de Shiraz, indicó el gobernador de la región, Mohammad-Hadi Imanieh, a la televisión local.
El agresor “abrió fuego a ciegas contra los fieles” en ese mausoleo, donde se halla la tumba de Ahmad, hermano del imán Reza, una de las figuras más veneradas del chiismo.
“Un solo terrorista está involucrado en este ataque”, aseguró el jefe del poder Judicial local, Kazem Mousavi, dando parte de un balance de “por lo menos 15 muertos y 19 heridos”.
El autor del ataque, “afiliado a los grupos takfiri, fue detenido”, agregó.
- “Respuesta severa” -
El término ‘takfiri’ en Irán y otros países designa a los integrantes de grupos radicales sunitas, otra rama del islam.
La televisión refirió que “las fuerzas de seguridad hirieron al atacante” y que este está siendo “sometido a una intervención quirúrgica en el hospital”.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió una “respuesta severa” y condenó a los “enemigos de Irán” que buscan “dividir las filas unidas del país (...) mediante la violencia y el terror”, según un comunicado de su despacho.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “condena fuertemente el ataque terrorista” en el santuario, dijo su portavoz Stephane Dujarric.
El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado y dio un balance de víctimas mayor que el oficial.
Un miliciano del EI abrió fuego contra los fieles del mausoleo Shah Cheragh, “matando al menos a 20 personas e hiriendo a decenas”, afirmó en un comunicado publicado en Telegram la organización radical sunita.
Un testigo declaró a la agencia oficial Irna que escuchó “gritos de mujer” y que “el atacante entró y disparó en el santuario”.
Las imágenes publicadas por los medios oficiales mostraron un baño de sangre, con cadáveres cubiertos por sábanas.
La agencia Irna publicó la foto de un niño en una camilla y la de una mujer (con el rostro desenfocado), que yacía en el suelo sosteniendo a un pequeño junto a un hombre apoyado en una pared y con aparentes manchas de sangre.
Este atentado se produce en medio de una ola de contestación en Irán, provocada por la muerte el 16 de diciembre de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, tres días después de haber sido detenida en Teherán por la policía de la moral por no atenerse al estricto código de vestimenta de la república Islámica.
Se trata del segundo atentado de este año contra un lugar de culto chiita de Irán, un país de 83 millones de habitantes, donde esa rama del islam es religión de Estado.
A inicios de abril, un hombre de origen uzbeko de 21 años apuñaló a dos religiosos chiitas e hirió a otro en el patio del santuario del imán Reza en Mashad, la segunda ciudad de Irán.