Austria y Eslovaquia anunciaron este lunes el restablecimiento de los controles en sus fronteras pocas horas después de que Alemania tomará la misma decisión, acuciada por la llegada masiva de migrantes al país que este año podrían alcanzar un millón.
La decisión de Berlín, que suspende de facto el espacio Schengen de libre circulación de personas en Europa, puso todavía más presión a los ministros de la Unión Europea que este lunes se reúnen en Bruselas para tratar la cuestión.
Austria 'hará lo mismo que Alemania (...) y llevaremos a cabo temporalmente controles en las fronteras', dijo la ministra de Interior austriaca, Johanna Mikl-Leitner, antes de la reunión.
La crisis migratoria, la más grave en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha desbordado a Alemania en las últimas semanas y el vicecanciller Sigmar Gabriel afirmó que este año no llegarán 800.000 personas, como se creía, sino un millón.
Por su parte la agencia de la ONU para los refugiados advirtió que la confusión sobre las políticas fronterizas de cada país podría dejar a miles de refugiados en un 'limbo legal', mientras el papa Francisco denunció que la crisis es sólo 'la punta del iceberg' de un sistema socioeconómico 'malo e injusto'.
Hungría, uno de los países más críticos con la respuesta europea a la crisis, anunció el lunes un cifra récord de 5,809 llegadas en un sólo día (domingo).
El gobierno de Viktor Orban está construyendo a toda prisa una valla fronteriza con Serbia que podría estar terminada el martes, cuando entre en vigor una nueva legislación para arrestar a los inmigrantes ilegales.
Según la ONU Hungría ha dejado de registrar a miles de personas que llegan desde Serbia y las está llevando directamente a la frontera con Austria.
- Divisiones en la UE -
En Alemania, que durante semanas había acogido a miles de refugiados con los brazos abiertos, la reinstauración de los controles fronterizos se empezó a aplicar rápidamente y el domingo varios inmigrantes sirios ya no pudieron cruzar por paso de Freilassing, en la frontera con Austria.
'Llevamos 22 días andando por el Europa' dijo Hatem Ali Ahaj, de 27 años, que sufre asma y le cuesta respirar. 'Creíamos que Alemania era el único país que iba a tratarnos como seres humanos', lamentó.
En Bruselas, los 28 países de la UE intentan este lunes superar sus profundas divisiones para hacer frente al flujo de refugiados.
Tanto Alemania como la Comisión Europea quieren imponer cuotas de reparto obligatorias a los 28 países del bloque para acoger a un total de 160.000 refugiados, una medida rechazada por varios estados, sobre todo en el este de Europa.
El objetivo es ayudar a los países en la frontera exterior de la UE, como Italia, Grecia y Hungría, que reciben cada día a miles de personas.
El primer ministro checo Bohuslav Sobotka volvió a insistir en que su país nunca aceptará cuotas 'porque no funcionan' mientras que Eslovaquia prometió que bloqueará cualquier iniciativa en este sentido.
La Comisión Europea reaccionó a la decisión de Alemania, asegurando que es una muestra de la 'urgencia' de un plan conjunto.
Mientras tanto, miles de personas siguen intentado llegar a Europa y el domingo se vivió un nuevo drama con la muerte de al menos 34 personas, entre ellos bebés y niños, que iban rumbo a Grecia y cuya embarcación se hundió frente a la isla de Farmakonisi, en el sur del mar Egeo.
Según datos de la Organización Internacional de Migraciones más de 430.000 personas cruzaron este año el Mediterráneo para intentar llegar a Europa y 2.748 de ellas murieron en el intento o están desaparecidas.
Gran Bretaña, que no forma parte del espacio Schengen, designó a un responsable especial para los 20.000 sirios que el gobierno se ha comprometido a acoger en los próximos cinco años.
El portavoz de la canciller Angela Merkel dijo por su parte que la decisión de su gobierno no significa que Alemania haya cerrado sus puertas a los demandantes de asilo y a los refugiados.
'Los controles provisionales en las fronteras no son lo mismo que cerrar las fronteras, es totalmente distinto. Los refugiados continuarán viniendo a Alemania y esperamos que sea en el marco de un proceso más ordenado', afirmó Steffen Seibert .
Sin embargo el ministro del Interior del Estado de Bavaria, uno de los más afectados por la llegada de miles de personas, aseguró que la medida durará 'varias semanas'.