La respuesta del país sudamericano a la pandemia del coronavirus ha sido fuertemente criticada desde marzo, cuando el presidente Jair Bolsonaro comenzó a desafiar las recomendaciones de distanciamiento social. Horas antes de que Pazuello se presentara ante el Congreso, un juez ordenó que Bolsonaro debía utilizar mascarilla siempre que salga a la vía pública en la capital, Brasilia.
VEA: En plena pandemia, China abre su feria de carne de perro
Pazuello, un general del ejército con un largo historial en temas logísticos, habló de las gestiones de Brasil para adquirir una vacuna contra el covid-19 o para obtener la tecnología necesaria para su fabricación. El regulador nacional de salud Anvisa aprobó este mes las pruebas clínicas en humanos para una posible vacuna.
El funcionario señaló que el gobierno podría decidir sobre la adquisición de una posible vacuna hacia el final de la semana, pero que eso dependerá del jefe del gabinete.
Investigadores británicos comenzaron a realizar pruebas sobre la vacuna experimental el mes pasado, con el objetivo de inmunizar a más de 10,000 personas, incluyendo ancianos y niños. La vacuna creada en Oxford es una de cerca de una docena que se encuentran en las etapas iniciales de prueba en seres humanos.
Brasil, donde la epidemia continúa en aumento, y el Reino Unido son los únicos países donde se realizan pruebas de la vacuna. La nación sudamericana tiene más de un millón de casos confirmados de covid-19 y más de 52,600 decesos.
Las pruebas clínicas comenzaron el lunes en Sao Paulo e iniciarán en Río de Janeiro el miércoles. La embajada británica en Brasil informó que se vacunará a 5,000 profesionales de salud.
“Trabajamos directamente con las tres (vacunas) más prometedoras', dijo Pazuello, refiriéndose a la que se desarrolla en Oxford, a una elaborada por la compañía estadounidense Moderna y otra experimental procedente de China, sin dar más detalles.
Vijay Rangarajan, el embajador británico en el país, dijo a The Associated Press que espera que Brasil “sea uno de los primeros países en recibir la vacuna” si funciona.
ADEMÁS: FOTOS: El covid-19 causa estragos en el mundo
“Sin embargo, esto dependerá de cuándo firme el acuerdo el país', manifestó en un email. “Ya existe una capacidad de producción para la vacuna de 2.000 millones de dosis en todo el mundo. Pero gran parte de la producción global ya ha sido adquirida'.
Estados Unidos anunció el 21 de mayo un acuerdo para adquirir al menos 300 millones de dosis de la vacuna de Oxford, y se comprometió a invertir hasta 1,200 millones de dólares con ese fin. El 13 de junio, la farmacéutica AstraZeneca accedió a suministrar hasta 400 millones de dosis de una vacuna experimental a países de la Unión Europea. También hay negociaciones con Rusia, Japón y otras naciones, señaló el director general de la compañía.
El embajador británico agregó que quiere “asegurar que los brasileños pueden beneficiarse de cualquier vacuna, rápidamente y sin ánimo de lucro”.
Bolsonaro ha sido criticado por restarle importancia a la respuesta de su gobierno a la pandemia, comparando a la enfermedad con una 'gripita”.
Antes de los ensayos con vacunas, Bolsonaro promocionó repetidamente el uso de la cloroquina para tratar el covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus, pese a que expertos en salud descartaron su eficacia. Estados Unidos anunció el 31 de mayo que donaría dos millones de dosis de hidroxicloroquina, un fármaco contra la malaria similar pero que está considerado menos tóxico, a la nación sudamericana.
Washington se comprometió además a donar 1,000 ventiladores. Se espera que los 200 primeros lleguen a finales de esta semana, explicó el embajador estadounidense, Todd Chapman, a reporteros en una videollamada el martes.
Brasil probará durante el mes de julio otra vacuna experimental desarrollada por la compañía china Sinovac Biotech, según el gobierno del estado de Sao Paulo. Sinovac tiene un acuerdo de producción con el Instituto Butantan del estado. Se prevé que el estudio cuente con la participación de unos 9,000 brasileños.
Horas antes el martes, un juez federal le ordenó a Bolsonaro cumplir con las normas locales del uso de mascarilla o arriesgarse a ser multado.
En fines de semana recientes, Bolsonaro — con el rostro descubierto — se ha integrado a las multitudes que protestan contra el Congreso y el Supremo Tribunal. También ha visitado pastelerías y kioscos de comida, atrayendo a grupos de seguidores y curiosos.
Desde finales de abril rige en el distrito federal de Brasil la norma de que todos deben portar la mascarilla protectora en público para evitar la diseminación del coronavirus, o de lo contrario deberán pagar una multa equivalente a 390 dólares.
LE PUEDE INTERESAR: EEUU pide no usar gel desinfectante de México con metanol
El juez Renato Coelho Borelli indicó en su fallo que el mandatario “ha expuesto a otras personas al contagio de una enfermedad que ha estremecido a la nación”.
El mandatario brasileño no comentó por el momento sobre el fallo. Una decisión judicial previa requería que Bolsonaro publicara los resultados de los tres análisis de diagnóstico que se practicó a inicios de marzo, que resultaron negativos. No ha revelado que se haya sometido a más pruebas desde entonces.
Bolsonaro sí usa mascarilla en algunos eventos públicos, a diferencia de otros jefes de estado como el estadounidense Donald Trump, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el argentino Alberto Fernández, quien a menudo abraza a sus simpatizantes y se toma selfies con ellos con el rostro descubierto, a pesar de que el uso de cubrebocas es obligatorio en la capital argentina.
SAO PAULO (AP) — Brasil está realizando pruebas con una vacuna experimental contra el COVID-19, pero el ministro interino de Salud, Eduardo Pazuello, reconoció el martes que el gobierno no ha concretado un acuerdo para abastecerse del fármaco en caso de que funcione. En tanto, otros países ya se han asegurado de cientos de millones de dosis de una vacuna creada por la Universidad de Oxford.
La respuesta del país sudamericano a la pandemia del coronavirus ha sido fuertemente criticada desde marzo, cuando el presidente Jair Bolsonaro comenzó a desafiar las recomendaciones de distanciamiento social. Horas antes de que Pazuello se presentara ante el Congreso, un juez ordenó que Bolsonaro debía utilizar mascarilla siempre que salga a la vía pública en la capital, Brasilia.
Pazuello, un general del ejército con un largo historial en temas logísticos, habló de las gestiones de Brasil para adquirir una vacuna contra el COVID-19 o para obtener la tecnología necesaria para su fabricación. El regulador nacional de salud Anvisa aprobó este mes las pruebas clínicas en humanos para una posible vacuna.
El funcionario señaló que el gobierno podría decidir sobre la adquisición de una posible vacuna hacia el final de la semana, pero que eso dependerá del jefe del gabinete.
Investigadores británicos comenzaron a realizar pruebas sobre la vacuna experimental el mes pasado, con el objetivo de inmunizar a más de 10.000 personas, incluyendo ancianos y niños. La vacuna creada en Oxford es una de cerca de una docena que se encuentran en las etapas iniciales de prueba en seres humanos.
Brasil, donde la epidemia continúa en aumento, y el Reino Unido son los únicos países donde se realizan pruebas de la vacuna. La nación sudamericana tiene más de un millón de casos confirmados de COVID-19 y más de 52.600 decesos.
Las pruebas clínicas comenzaron el lunes en Sao Paulo e iniciarán en Río de Janeiro el miércoles. La embajada británica en Brasil informó que se vacunará a 5.000 profesionales de salud.
“Trabajamos directamente con las tres (vacunas) más prometedoras', dijo Pazuello, refiriéndose a la que se desarrolla en Oxford, a una elaborada por la compañía estadounidense Moderna y otra experimental procedente de China, sin dar más detalles.
Vijay Rangarajan, el embajador británico en el país, dijo a The Associated Press que espera que Brasil “sea uno de los primeros países en recibir la vacuna” si funciona.
“Sin embargo, esto dependerá de cuándo firme el acuerdo el país', manifestó en un email. “Ya existe una capacidad de producción para la vacuna de 2.000 millones de dosis en todo el mundo. Pero gran parte de la producción global ya ha sido adquirida'.
Estados Unidos anunció el 21 de mayo un acuerdo para adquirir al menos 300 millones de dosis de la vacuna de Oxford, y se comprometió a invertir hasta 1.200 millones de dólares con ese fin. El 13 de junio, la farmacéutica AstraZeneca accedió a suministrar hasta 400 millones de dosis de una vacuna experimental a países de la Unión Europea. También hay negociaciones con Rusia, Japón y otras naciones, señaló el director general de la compañía.
El embajador británico agregó que quiere “asegurar que los brasileños pueden beneficiarse de cualquier vacuna, rápidamente y sin ánimo de lucro”.
Bolsonaro ha sido criticado por restarle importancia a la respuesta de su gobierno a la pandemia, comparando a la enfermedad con una 'gripita”.
Antes de los ensayos con vacunas, Bolsonaro promocionó repetidamente el uso de la cloroquina para tratar el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, pese a que expertos en salud descartaron su eficacia. Estados Unidos anunció el 31 de mayo que donaría dos millones de dosis de hidroxicloroquina, un fármaco contra la malaria similar pero que está considerado menos tóxico, a la nación sudamericana.
Washington se comprometió además a donar 1.000 ventiladores. Se espera que los 200 primeros lleguen a finales de esta semana, explicó el embajador estadounidense, Todd Chapman, a reporteros en una videollamada el martes.
Brasil probará durante el mes de julio otra vacuna experimental desarrollada por la compañía china Sinovac Biotech, según el gobierno del estado de Sao Paulo. Sinovac tiene un acuerdo de producción con el Instituto Butantan del estado. Se prevé que el estudio cuente con la participación de unos 9.000 brasileños.
Horas antes el martes, un juez federal le ordenó a Bolsonaro cumplir con las normas locales del uso de mascarilla o arriesgarse a ser multado.
En fines de semana recientes, Bolsonaro — con el rostro descubierto — se ha integrado a las multitudes que protestan contra el Congreso y el Supremo Tribunal. También ha visitado pastelerías y kioscos de comida, atrayendo a grupos de seguidores y curiosos.
Desde finales de abril rige en el distrito federal de Brasil la norma de que todos deben portar la mascarilla protectora en público para evitar la diseminación del coronavirus, o de lo contrario deberán pagar una multa equivalente a 390 dólares.
El juez Renato Coelho Borelli indicó en su fallo que el mandatario “ha expuesto a otras personas al contagio de una enfermedad que ha estremecido a la nación”.
El mandatario brasileño no comentó por el momento sobre el fallo. Una decisión judicial previa requería que Bolsonaro publicara los resultados de los tres análisis de diagnóstico que se practicó a inicios de marzo, que resultaron negativos. No ha revelado que se haya sometido a más pruebas desde entonces.
Bolsonaro sí usa mascarilla en algunos eventos públicos, a diferencia de otros jefes de estado como el estadounidense Donald Trump, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el argentino Alberto Fernández, quien a menudo abraza a sus simpatizantes y se toma selfies con ellos con el rostro descubierto, a pesar de que el uso de cubrebocas es obligatorio en la capital argentina.