Tegucigalpa, Honduras.- Quedan diez días para ver si el futuro de Venezuela sigue bajo el control del dictador Nicolás Maduro o pasa a manos de Edmundo González Urrutia, a quien la comunidad internacional reconoce como el ganador de las elecciones realizadas el 28 de julio de 2024.
Aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano- controlado por el oficialismo- declaró ganador a Maduro; las actas de la oposición liderada por María Corina Machado comprobaron ante la comunidad internacional que el verdadero ganador de los comicios fue el candidato González Urrutia.
Tras la muerte de Hugo Chávez, Maduro llegó a la presidencia de Venezuela en 2013 y desde entonces, mediante elecciones denunciadas nada transparentes, se ha mantenido en el poder. En las recientes elecciones también quiso robarse el resultado, pero esta vez la oposición le montó una estrategia que termino desnudándolo como un político tramposo.
Tras el proceso electoral, como todo autócrata determinado a no dejar el poder, a pesar de haberlo perdido en las urnas, Maduro lanzó una cacería contra la oposición encarcelando a miles de disidentes, obligando a otros ocho millones de venezolanos a buscar refugio en países vecinos y en Estados Unidos.
El tirano apoyado por unos pocos países de izquierda, entre ellos Honduras, sigue gritando que el es el legítimo ganador de los comicios, no obstante, varios países de Latinoamérica, así como Estados Unidos y la Unión Europea lo desconocen y le han solicitado entregar el poder a González Urrutia.
Este próximo 10 de enero, fecha para el traspaso de mando presidencial será crucial para los venezolanos. La sociedad mundial podría ver cómo se consolida un tirano o como un pueblo rescata su democracia.
Maduro está empecinado en continuar en la presidencia- ya sea a plomo, a gritos o mediante la persecución de sus rivales- y ya envió invitaciones a sus aliados para su nueva toma de posesión; mientras que en el otro extremo la oposición con una estrategia secreta y con apoyo de la comunidad internacional también se alista para arrebatarle el mando.
Se desconoce si el dictador ya envió la invitación a la presidenta Xiomara Castro, una de sus aliadas en el continente. Castro fue una de las primeras en felicitarlo por su fraudulento triunfo.
Hace unas horas, según Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, el secretario de Estado de Estados Unidos Antony J. Blinken habló con González Urrutia y con María Corina Machado, líderes de la oposición democrática de Venezuela.
“El secretario Blinken reafirmó el compromiso de Estados Unidos de apoyar la voluntad del pueblo venezolano como fue expresada en las urnas, la restauración pacífica de la democracia en Venezuela y la liberación de todos los presos políticos injustamente detenidos.
Reiteró que Estados Unidos permanece en solidaridad con la comunidad internacional en expresar nuestra condena a las actuaciones antidemocráticas de Maduro. El secretario también elogió la resiliencia de la oposición democrática y el compromiso del pueblo venezolano con la democracia ante la represión y la adversidad.
La toma de posesión de Maduro, frente a la mirada del mundo y sobre todo de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos- quien también toma posesión el próximo 20 de enero- será un termómetro para medir hasta que punto la potencia norteamericana y sus aliados soportarán el desafío del dictador venezolano.
El tirano apoyado por unos pocos países de izquierda, entre ellos Honduras, sigue gritando que el es el legítimo ganador de los comicios, no obstante, varios países de Latinoamérica, así como Estados Unidos y la Unión Europea lo desconocen y le han solicitado entregar el poder a González Urrutia.
Este próximo 10 de enero, fecha para el traspaso de mando presidencial será crucial para los venezolanos. La sociedad mundial podría ver cómo se consolida un tirano o como un pueblo rescata su democracia.
Maduro está empecinado en continuar en la presidencia- ya sea a plomo, a gritos o mediante la persecución de sus rivales- y ya envió invitaciones a sus aliados para su nueva toma de posesión; mientras que en el otro extremo la oposición con una estrategia secreta y con apoyo de la comunidad internacional también se alista para arrebatarle el mando.
Se desconoce si el dictador ya envió la invitación a la presidenta Xiomara Castro, una de sus aliadas en el continente. Castro fue una de las primeras en felicitarlo por su fraudulento triunfo.
Hace unas horas, según Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, el secretario de Estado de Estados Unidos Antony J. Blinken habló con González Urrutia y con María Corina Machado, líderes de la oposición democrática de Venezuela.
“El secretario Blinken reafirmó el compromiso de Estados Unidos de apoyar la voluntad del pueblo venezolano como fue expresada en las urnas, la restauración pacífica de la democracia en Venezuela y la liberación de todos los presos políticos injustamente detenidos.
Reiteró que Estados Unidos permanece en solidaridad con la comunidad internacional en expresar nuestra condena a las actuaciones antidemocráticas de Maduro. El secretario también elogió la resiliencia de la oposición democrática y el compromiso del pueblo venezolano con la democracia ante la represión y la adversidad.
La toma de posesión de Maduro, frente a la mirada del mundo y sobre todo de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos- quien también toma posesión el próximo 20 de enero- será un termómetro para medir hasta que punto la potencia norteamericana y sus aliados soportarán el desafío del dictador venezolano.
“El secretario Blinken reafirmó el compromiso de Estados Unidos de apoyar la voluntad del pueblo venezolano como fue expresada en las urnas, la restauración pacífica de la democracia en Venezuela y la liberación de todos los presos políticos injustamente detenidos.
Reiteró que Estados Unidos permanece en solidaridad con la comunidad internacional en expresar nuestra condena a las actuaciones antidemocráticas de Maduro. El secretario también elogió la resiliencia de la oposición democrática y el compromiso del pueblo venezolano con la democracia ante la represión y la adversidad.
La toma de posesión de Maduro, frente a la mirada del mundo y sobre todo de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos- quien también toma posesión el próximo 20 de enero- será un termómetro para medir hasta que punto la potencia norteamericana y sus aliados soportarán el desafío del dictador venezolano.