La rápida expansión del coronavirus del último mes y la detección de la variante brasilera P1 generó alerta entre médicos. Uruguay tiene una tasa de 47 infectados cada 100,000. Hace un mes arañaba los 18.
La fluida movilidad de la población que se observa desde noviembre y las estrategias epidemiológicas ejecutadas a destiempo repercutieron en la ola más grande registrada desde los primeros casos detectados en marzo del año pasado. Los laboratorios de diagnóstico tienen demoras de más de una semana y los centros de terapia intensiva con alta ocupación. Especialistas alertan del riesgo de saturación de los servicios de salud en la porosa frontera con Brasil.
Desde la primera semana de diciembre, cuando 8,000 uruguayos habían tenido coronavirus, la infección se multiplicó por diez. Por entonces, el país acumulaba 80 muertes a nueve meses del primer caso. El lunes se superaron los 800 fallecidos mientras que 85,000 personas habían transitado la enfermedad. Hace un mes se reportaron 600 casos. El lunes fueron casi 3000 y un 18% de positividad.
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Este martes en Washington, Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dijo que la tasa de contagios “es alarmante dado el tamaño del país”. La propagación es más alta en localidades fronterizas con Brasil: Rivera reporta más de 100 casos promedio en la última semana por cada 100,000 habitantes. El avance también se registra en la capital, Montevideo, que cercará espacios públicos donde la policía ha reportado aglomeraciones.
Esta semana una treintena de sociedades y gremios médicos se pronunciaron para limitar la movilidad durante tres a cuatro semanas mientras avanza la vacunación. Ya se han inoculado casi 400,000 personas en tres semanas con una primera dosis, pero adquirir inmunidad demora dos meses. Esta semana especialistas médicos y científicos insistieron que, de no frenarse los contagios, el sistema sanitario podría colapsar. Según la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensivista una cuarta parte de las camas de CTI están ocupadas con pacientes covid. El total de ocupación es de 62,3%.
“Vemos desbordada nuestra capacidad de trabajo en todos los niveles asistenciales por la gran cantidad de pacientes que estamos asistiendo”, advirtió el lunes Gustavo Grecco, presidente del Sindicato Médico del Uruguay.
En diciembre, el Grupo Asesor Honorario Científico (GACH) de Presidencia advirtió que se había perdido el hilo epidemiológico y se desconocía el origen de uno cada tres casos. Entonces los prestadores de salud estaban atrasados con hisopados y resultados; ahora los resultados pueden demoran más de una semana.
“La saturación de laboratorio nos llevó a que se escapen oportunidades de detección y una cuarentena oportuna de los contactos. Tuvimos una estrategia de detección, rastreo de casos, contactos y aislamiento focalizado muy efectiva que se saturó”, señaló a The Associated Press la epidemióloga Jaqueline Ponzo, integrante del Guiad, grupo multidisciplinario de científicos e investigadores que monitorean la infección y sus consecuencias.
“Sabíamos que había saturación. Estaba pronosticada. Debimos mejorar el sistema de rastreo con otras metodologías”, lamenta la también presidenta de la Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar. La doctora opina que la estrategia epidemiológica gubernamental se basó en “muchas respuestas paliativas”. “Claramente insuficientes y a destiempo. (…) El control de fronteras ha sido insuficiente con acciones tardías y parciales”, explicó.
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“De haber tomado medidas en diciembre no estaríamos en esta situación. (…) Era un momento para planificar medidas con base territorial. El problema de la frontera con Brasil es muy grave. En diciembre los colegas de Rivera estaban muy preocupados por la afluencia masiva de turismo comercial”, explicó a la AP.
La variante P1 del virus, original de Brasil y detectada esta semana en Uruguay, alimenta los temores de los especialistas porque es más rápida para contagiar y puede reinfectar a quienes cursaron la enfermedad. En Rivera el 80% de los contagios son de esa variante.
“Desde la experiencia mundial no hay otra medida que la reducción de la movilidad, focalizada es altamente efectiva”, explicó la doctora, que también refirió a la necesidad de medidas económicas que apoyen a los sectores más desprotegidos.
En la noche del martes, el presidente Luis Lacalle Pou exhortó a la población a permanecer en casa y ordenó cerrar las oficinas públicas, suspender la educación presencial y dispuso el cierre de gimnasios hasta el 12 de abril. También habrá un descuento en los haberes de los funcionarios públicos durante dos meses. Además cerró las tiendas libres de impuestos en todo el país.