Ya no es necesario que alguien estornude cerca de usted para que le dé gripe.
Investigadores del sector gobierno rocían directamente virus vivos de la gripe en la nariz de decenas de voluntarios.
Aunque suene extraño, esta investigación rara es un paso en la búsqueda de mejores vacunas contra la enfermedad.
Resulta que sigue siendo un misterio la manera como el organismo elimina la gripe.
'Las vacunas funcionan pero podemos mejorarlas', dijo el doctor Matthew Memoli, de los Institutos Nacionales de Salud, que dirige el estudio en el que se infectará a 100 adultos en un periodo que abarcará 2014.
¿Pero para qué infectar a alguien deliberadamente si numerosas personas ya tienen gripe en el país, y por qué no estudiar sólo a quienes estén enfermos?
Si se hiciera así, los científicos no podrían observar la reacción del sistema inmunológico en cada fase de la infección, que comienza con la exposición de la persona a los virus de la gripe.
Es un experimento que merece toda la seriedad porque cada año esta enfermedad causa la muerte a miles de estadounidenses.
Como medida de seguridad, Memoli aplica una dosis que produce síntomas que van de leves a moderados, y acepta solamente voluntarios sanos y no mayores de 50 años.
Para evitar la propagación de los gérmenes, los participantes deben pasar al menos nueve días en cuarentena en la unidad especial de aislamiento en el hospital NIH. Ahí se da meticuloso seguimiento al estado de salud de los voluntarios.
No se les da de alta hasta que se muestre que ya no son agente de contagio una vez que se les han efectuado exámenes a sus fluidos nasales.
El incentivo: una gratificación de alrededor de 3,000 dólares por el tiempo invertido.
'Recibí un regaño de mi madre en un correo electrónico', dijo Daniel Bennett, de 26 años, quien pinta una sonrisa. Bennett es uno de los voluntarios en la investigación.
'Tienen normas muy rigurosas, no creo haberme puesto en peligro', afirmó Bennett, quien trabaja en un restaurante y reside en College Park, Maryland. 'No me enfermo seguido', apuntó.
Memoli, provisto con una máscara médica y guantes, recuesta a Bennett durante un minuto.
'Le sabrá a salado. Algo del líquido se le irá para la garganta', dijo el experto a Bennet antes de rociarle con una jeringa en cada fosa nasal una solución de agua con sal que contiene millones de virus microscópicos.
Sin falla, días después Bennett tuvo escurrimiento nasal y los malestares de una gripe leve.
La mejor defensa contra la gripe es una vacuna anual, pero dista de ser perfecta. De hecho, la vacuna es menos efectiva en personas de 65 años o más, el grupo más susceptible a la gripe, quizá debido a que el sistema inmunológico se debilita con la edad.
Comprender cómo los organismos de los adultos jóvenes combaten la gripe podría ayudar a los científicos a determinar qué es lo que no tienen los adultos mayores que son más vulnerables, aspectos clave para el desarrollo de vacunas más eficaces, explicó Memoli.
He aquí el funcionamiento: la vacuna está diseñada para elevar los niveles de algún anticuerpo particular que combate a la gripe en el organismo de las personas.
El anticuerpo ataca una proteína que protege al virus, llamada hemaglutina, con H como en H1N1, la cepa que causó en 2009 una pandemia y que también es responsable de la mayoría de los casos a la fecha este invierno.
Sin embargo, se desconoce qué nivel de anticuerpos es el más conveniente o si una cierta cantidad significa que se está protegido totalmente frente a la enfermedad o que se tendrá un caso leve en lugar de uno severo.