Un prisionero de Texas fue ejecutado el miércoles por provocar el incendio en el que murió su hija de 18 meses y dos de sus medias hermanas hace 15 años en el este del estado.
La de Raphael Holiday, de 36 años, fue la 13ra ejecución de este año en Texas, el estado en donde más se aplica la pena capital. En lo que va de año, Texas realizó la mitad del total de ejecuciones del país.
Cuando uno de los guardas le preguntó sus últimas palabras, Holiday dio las gracias a 'sus seguidores y seres queridos'.
'Los amo a todos', dijo. 'Quiero que sepan que siempre estaré con ustedes'.
También dio las gracias al guarda. En cuanto le inyectaron una dosis letal de pentobarital, tomó dos grandes bocanadas de aire, pareció bostezar y su boca permaneció abierta, jadeó varias veces y luego dejó de moverse por completo.
A las 20:30 p.m. hora del centro del país, exactamente 19 minutos después de la inyección, fue declarado muerto.
Holiday nunca se dirigió o vio a los testigos, entre los que estaban el abuelo y la madre de los niños, su ex pareja. La madre inicialmente estuvo de pie al fondo de la sala de testigos, viendo la escena desde detrás de un funcionario de prisiones. Unos 10 minutos después, cuando Holiday yacía inerte, caminó hasta la ventana para verlo.
Ella y otros familiares de los niños fallecidos se negaron a hablar con la prensa.
La aplicación de la pena capital se produjo luego de que la Corte Suprema rechazó una apelación que buscaba suspender la ejecución de Holiday para que se pudieran nombrar nuevos abogados con el fin de buscar apelaciones adicionales en el caso.
La abogada Gretchen Sween argumentó que los abogados designados por la corte abandonaron al acusado en junio luego de que los magistrados se negaran a revisar su caso. Dichos letrados dijeron a Holiday que no había más recursos legales y que más apelaciones y solicitudes de clemencia serían inútiles.