LONDRES, INGLATERRA.- Descrito según la ocasión como una
'fregona', 'un golpe de viento' o como propio de un 'monje medieval', el corte de pelo talismán de
Boris Johnson ha ayudado a definir una carrera política que ahora le ha llevado a Downing Street.
Esa masa revuelta color rubio platino se ha convertido en una marca inconfundible en una época en la que la celebridad y la política van de la mano, simbolizando el estilo caótico y torpe que encanta a sus seguidores y atemoriza a sus detractores.
Para sus partidarios, sus greñas reflejan su pensamiento y personalidad poco convencionales, un antídoto contra el orden político monolítico al que culpan de la crisis económica y de la erosión de su soberanía nacional.
Para sus oponentes, demuestran un temperamento bufonesco que le incapacita para el cargo y convierte al Reino Unido en el hazmerreír del mundo.
Las comparaciones son obvias entre Johnson y el presidente estadounidense Donald Trump, cuyo peinado excéntrico está asociado a su imagen política.
Las fotos de Johnson cuando era niño revelan que su corte de pelo era ya un rasgo llamativo desde una edad temprana.
En sus años universitarios, en la década de 1980, Johnson se inclinó por un corte menos irregular.
Pero a medida que su carrera política despegaba, el estilo se hizo cada vez más característico, largo en la parte superior, barrido hacia un lado, y corto en la parte posterior: lo que la revista Marie Claire llamó corte del 'monje medieval'.
El presentador de televisión estadounidense David Letterman llegó a preguntar al entonces alcalde de Londres cuánto tiempo llevaba cortándose el pelo. 'Un peinado-arma'
A lo largo de su mandato como alcalde de Londres, el estilo bala de heno se volvió cada vez más descuidado y reconocible.
El historiador Greg Jenner escribió en Twitter que para entonces Johnson había 'convertido su cabello en un arma emblemática'.
'Le he visto desordenarlo deliberadamente antes de dar un discurso', escribió.
Johnson ya estuvo a punto de ser primer ministro en 2016, pero un corte de pelo más corto y aseado en enero, cuando el gobierno de Theresa May empezaba a tambalearse, se interpretó como el primer signo de que iba a volver a intentarlo.
El peluquero Nick Mazer, responsable del corte, dijo que fue un accidente, pero explicó al diario The Sun que Johnson le dijo: ''No me lo cambies''.
'Estaba un poco nervioso y lo corté más de lo que debería'.
'Desde entonces ha mantenido ese estilo más corto y le sienta mucho mejor que su habitual melena salvaje', añadió el peluquero. Otros, sin embargo, vieron en ello la caída de Sansón, que debía su fuerza a sus melenas.
Johnson ha rechazado las sugerencias de que se tiñe, alegando que estaba bromeando durante una entrevista en 2016 en la que dijo que lo hizo. Preguntado recientemente si se tiñó el pelo, Johnson afirmó que era una 'sugerencia escandalosa'.
Esa masa revuelta color rubio platino se ha convertido en una marca inconfundible en una época en la que la celebridad y la política van de la mano, simbolizando el estilo caótico y torpe que encanta a sus seguidores y atemoriza a sus detractores.
Para sus partidarios, sus greñas reflejan su pensamiento y personalidad poco convencionales, un antídoto contra el orden político monolítico al que culpan de la crisis económica y de la erosión de su soberanía nacional.
Para sus oponentes, demuestran un temperamento bufonesco que le incapacita para el cargo y convierte al Reino Unido en el hazmerreír del mundo.
Las comparaciones son obvias entre Johnson y el presidente estadounidense Donald Trump, cuyo peinado excéntrico está asociado a su imagen política.
Las fotos de Johnson cuando era niño revelan que su corte de pelo era ya un rasgo llamativo desde una edad temprana.
En sus años universitarios, en la década de 1980, Johnson se inclinó por un corte menos irregular.
Pero a medida que su carrera política despegaba, el estilo se hizo cada vez más característico, largo en la parte superior, barrido hacia un lado, y corto en la parte posterior: lo que la revista Marie Claire llamó corte del 'monje medieval'.
El presentador de televisión estadounidense David Letterman llegó a preguntar al entonces alcalde de Londres cuánto tiempo llevaba cortándose el pelo.
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'Un peinado-arma'
A lo largo de su mandato como alcalde de Londres, el estilo bala de heno se volvió cada vez más descuidado y reconocible.
El historiador Greg Jenner escribió en Twitter que para entonces Johnson había 'convertido su cabello en un arma emblemática'.
'Le he visto desordenarlo deliberadamente antes de dar un discurso', escribió.
Johnson ya estuvo a punto de ser primer ministro en 2016, pero un corte de pelo más corto y aseado en enero, cuando el gobierno de Theresa May empezaba a tambalearse, se interpretó como el primer signo de que iba a volver a intentarlo.
El peluquero Nick Mazer, responsable del corte, dijo que fue un accidente, pero explicó al diario The Sun que Johnson le dijo: ''No me lo cambies''.
'Estaba un poco nervioso y lo corté más de lo que debería'.
'Desde entonces ha mantenido ese estilo más corto y le sienta mucho mejor que su habitual melena salvaje', añadió el peluquero. Otros, sin embargo, vieron en ello la caída de Sansón, que debía su fuerza a sus melenas.
Johnson ha rechazado las sugerencias de que se tiñe, alegando que estaba bromeando durante una entrevista en 2016 en la que dijo que lo hizo. Preguntado recientemente si se tiñó el pelo, Johnson afirmó que era una 'sugerencia escandalosa'.