NEBRASKA, ESTADOS UNIDOS.- Cursos de inglés, vacaciones adaptadas, alojamiento... en Nebraska, estado del medio oeste de Estados Unidos, las empresas han tomado medidas para atraer a trabajadores extranjeros y ayudarles en la adaptación a su nueva vida, ante la escasez de mano de obra.
Cursos de inglés
“Exigimos que todo el mundo acá aprenda inglés”, explica Diane Temme-Stinton, que dirige TMCO, una empresa familiar con 230 empleados en la capital Lincoln.
Las clases se imparten en TMCO en el horario de trabajo. Se considera parte de la formación, detalla.
“También se trata de enseñarles nuestra cultura. Y aprender de ellos. Cuando nos conocemos, rompemos las barreras de comunicación”, dice.
La empresa Kawasaki, cuya fábrica está cerca, también imparte clases de inglés, in situ o en la escuela.
Ambos empleadores colaboran con una asociación local, Lincoln Literacy. Liudmyla Shevchuk, que llegó de Ucrania hace tres años, trabaja en Kawasaki: “El inglés está mejorando. Estoy aprendiendo. Estoy trabajando”, dice con una amplia sonrisa.
Horarios, vacaciones, comedor
En Kawasaki, las instrucciones de trabajo están escritas en varios idiomas.
Y cuando “llega un grupo de inmigrantes, (...) intentamos que trabajen juntos”, para darles tiempo a adaptarse antes de “dispersarlos por la fábrica”, explica Mike Boyle, director del centro.
“Hemos modificado nuestras políticas para adaptarnos a las distintas necesidades culturales”, como el respeto de las oraciones religiosas o las fiestas. En el comedor, los menús se han modificado para ser agradables a “los paladares de todo el mundo”.
En cuanto a las vacaciones, “cuando una familia inmigrante desea volver a casa durante un periodo prolongado, tiene la oportunidad de hacerlo”, señala Boyle.
Familia y alojamiento
TMCO ayuda a sus empleados con el cuidado de los niños, muy costoso en Estados Unidos. Inicialmente se estableció una colaboración con una guardería.
“Para ampliar esta prestación a un mayor número de familias, estamos modificando el modelo y damos a las familias una dotación anual de 1.000 dólares”, cuenta Temme-Stinton.
“Estamos considerando seriamente la creación de una micro-guardería”, agrega.
La empresa también está formando a sus empleados extranjeros en las sutilezas del régimen de pensiones.
En otros lugares del estado, un empresario de Omaha incluso ha “construido viviendas” para sus empleados, explica Bryan Slone, presidente de la Cámara de Comercio de Nebraska.
Slone subraya la importancia de estas políticas: “La próxima generación de estas familias es crucial para las comunidades”.
Visa y tarjeta
Las empresas estadounidenses pueden “patrocinar” a empleados extranjeros para que trabajen legalmente en Estados Unidos. Es un proceso largo y caro.
“A muchos de nuestros empresarios (...) les gustaría contratar a inmigrantes y ayudarles a obtener su tarjeta verde (permiso de residencia), pero el proceso es demasiado largo, engorroso y costoso”, lamenta Slone, que reclama una reforma de la inmigración legal en Estados Unidos.
“Para algunas categorías de visas, hay años y años de retrasos”, añade.
A veces todo es en vano, y se gastan “miles de dólares y mucho tiempo en rellenar solicitudes sin resultados”, lamenta.