Un exmiembro de la pandilla Barrio 18 que opera en El Salvador y en los demás países Centroamericanos, narró cómo es la vida dentro de una mara y los peligros que se enfrentan casi a diario.
Con el numero 18 tatuado en su abdomen y con una prótesis en su brazo, el expandillero aconsejó a los jóvenes a creer en cristo y no alejarse del camino del bien, para integrar un grupo criminal.
El hombre, quien no fue identificado, aseguró que formó parte, junto a un amigo que lo acompañaba, 17 años en la organización delictiva; sin embargo, citó un versículo de la biblia donde asegura que “ahora soy una nueva criatura en cristo”.
Los pandilleros que salen en el video, son miembros retirados de los grupo criminales y ahora “rescatan almas', hablándole a los jóvenes sobre el peligro al que se enfrentan al ingresar a la maras.