El gobernador Ron DeSantis dijo que las historias sobre personas que vuelan a Florida, se vacunan y regresan a sus estados son exageradas. Aunque ha habido reportes aislados de casos así, DeSantis dijo que los no residentes que están recibiendo inyecciones son casi en su totalidad personas conocidas como “aves migratorias”: residentes que viven en el estado durante varios meses en el invierno y que podrían infectar a otros si no son vacunados.
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“Pienso que no hay ningún problema si quieren” ser inoculados, dijo el gobernador republicano en una conferencia de prensa reciente. “No se trata de personas de vienen de vacaciones por un par de semanas ... Tienen relaciones con médicos. Reciben atención médica en Florida ... Así, eso es un poco distinto de alguien que sólo viene como turista”.
Pero la Comisionada de Agricultura Nikki Fried, una demócrata que pondera postularse en las elecciones contra DeSantis el año próximo, dijo que su oficina está recibiendo numerosas quejas de habitantes de Florida furiosos porque personas que no residen en el estado están siendo vacunadas, y dicen que algunas de ellas no tienen 65 años o más. Eso se suma a quejas de que las citas para vacunarse se agotan en cuanto se anuncia su disponibilidad y que los sistemas para inscribirse por teléfono y en la internet están saturados.
“Es un problema grave”, dijo Fried. “Estamos viendo filas en todo el estado de Florida ... he hablado con ancianos que han esperado durante horas”.
La orden ejecutiva de DeSantis sobre la distribución de la vacuna limita actualmente las inyecciones a las personas de 65 años o más, a los pacientes en hogares para ancianos y a los trabajadores de salud. La orden no menciona nada sobre el lugar de residencia, pero funcionarios de salud dicen que quienquiera que solicita la vacuna debe declarar que permanecerá en el estado al menos tres semanas adicionales para recibir la segunda dosis requerida. Además, el departamento de salud del estado ha dicho que cualquier médico u hospital que inocule a pacientes menores de 65 años pudiera perder su acceso a la vacuna.
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Los requisitos para poder recibirla en Estados Unidos varían ampliamente de estado a estado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dijeron esta semana que los estados deberían seguir el modelo de Florida y concentrarse en las personas de 65 años y mayores, pero los gobernadores y autoridades estatales de salud han redactado sus propias reglas. Como resultado, ancianos, maestros, policías, bomberos, empleados de tiendas de abastecimiento y reclusos tienen diferentes puestos en la fila según el lugar donde vivan.
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