Unidades antipandillas del ejército y la Policía iniciaron este martes su despliegue en una colonia de la periferia norte de San Salvador, con el fin arrebatar el control territorial a las violentas bandas, informaron fuentes oficiales.
'Nos enorgullecemos en anunciar a la ciudadanía el lanzamiento de las Fuerzas de Intervención y Recuperación Territorial (FIRT) en la Campanera', declaró el jefe del comando conjunto de las fuerzas, comisionado Óscar Aguilar, durante un acto oficial en la colonia La Campanera, en el municipio de Soyapango.
La campanera, es un bastión de la facción Sureños de la pandilla Barrio-18, que durante años ha dominado el sector y ha usurpado viviendas de la población civil.
El director de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto, declaró que las FIRT las integran 600 efectivos del ejército y 200 policías que están siendo desplagados en 81 sectores de los 10 municipios con mayores índices de violencia pandillera.
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El coronel David Moreno, comandante responsable de la tropa en la zona afirmó que 'este día inicia el plan de recuperación territorial con la firme convicción de devolverle la seguridad y tranquilidad a la población'.
Moreno explicó que los soldados establecerán dispositivos de cierre de determinadas áreas para evitar fugas y asegurar los allanamientos con orden judicial para capturar a los que han cometido delitos y 'liberar' las viviendas tomadas en forma ilegal por las pandillas.
Las unidades combinadas -anunció- desarrollarán operativos sorpresa casa por casa para identificar a los ocupantes y desarrollarán controles de todas las personas que ingresen y salgan de la barriada.
El despligue de las FIRT se produce una semana después de que el gobierno estableciera las Fuerzas Especiales de Reacción (FER) constituidas por 600 soldados y 400 policías, que tienen como misión el desarrollo de 'operaciones específicas' de caracter antiterrorista (antipandillas) en cualquier punto del territorio.
El Salvador registra una ola de violencia que deja un promedio de 22 asesinatos por día y que las autoridades atribuyen en su mayoría a las pandillas, que cuentan con unos 70,000 miembros, de los cuales 13,000 están encarcelados.
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