El reclutamiento de niños y adolescentes por pandillas es muy común en los países centroamericanos, ya que este tipo de problema social está en la mayoría de los barrios y colonias de las ciudades.
Un viejo dicho reza que 'los padres son los últimos que se dan cuenta de los que hacen sus hijos” y probablemente no sea una opinión exagerada.
A veces los padres son tan protectores con sus vástagos que tratan ignorar la cruda realidad que se apodera cada día de los jóvenes.
Para poder orientar a los padres y advertirles de algunas eventualidades, EL HERALDO recopila algunas señales, divulgadas en el sitio web Familias.com, que alertan sobre un posible involucramiento de sus hijos en maras y pandillas.
1. Aparecen objetos nuevos
Su respuesta típica es que se trata de un regalo, que el artículo estaba en descuento o que lo consiguieron en un trueque. Pero, papá y mamá, ¿de verdad creen que ropa nueva o artículos electrónicos que cuestan cientos o incluso miles de lempiras, los pueden obtener con tanta facilidad?
2. Tienen dinero cuando no se les ha dado
Existen dos maneras en que los jóvenes obtienen dinero: por empleos muy mal pagados o vía la mesada de sus padres. En ambos casos, los recursos son limitados, de modo que si de pronto tu hijo aumenta su nivel de vida, ¡toma cartas en el asunto!
3. Desaparecen dinero y objetos de valor
La casa es su primera escena del crimen; por ello, si de pronto es continuo que se pierdan cosas o que te digan que se rompieron, no lo tomes a la ligera. Quizá sea cierto, pero si no lo es y te desentiendes, tu hijo y tú podrían arrepentirse toda la vida porque puede haber otra razón de fondo.
Los primeros sitios donde los chicos inician sus fechorías son aquellos que les son familiares: la casa, por supuesto, es ese lugar por excelencia, y ya que toman confianza comienza la escalada para convertirse en un delincuente juvenil. Llegados a este punto, se trata de un camino sin retorno.
4. Se muestran distantes y salen misteriosamente
Que los hijos oculten información a sus padres es una actitud que puede volverse cotidiana. Pero cuando no tenemos idea sobre qué está pasando en la vida de nuestros hijos, llegó entonces el momento de activar el GPS y ver en qué andan.
5. Mienten sobre dónde y con quién han estado
Lo mejor para no permitir que te engañen es que confirmes la información, y de preferencia que lo hagas por medio de un adulto, pues es común que los chicos se cubran unos a otros. Si lo recurrente es que te mienten sobre lo que hacen, es porque lo que están haciendo es incorrecto.
1. Cambió de amigos y no te presentó a los nuevos para que los conozcas
Se alejan de las buenas amistades y se llevan más seguidos con gente desconocida que nunca has visto en tu zona, barrio o colonia.
2. Baja en las calificaciones escolares
Vas a su colegio y notas que su espíritu de trabajo en aulas ya no es el mismo al que estás acostumbrado a ver.
3. Deja de asistir al colegio
Deja de asistir sin ningún motivo o razón a sus clases y no llega a tu casa a la hora habitual.
4. Rebelde, ya no sigue las normas del hogar
El cambio en su carácter, se muestra más agresivo, ya no sigue tus instrucciones y te devuelve los reproches.
Si has notado alguno de estos problemas en tus hijos ¡Cuidado! Son señales de que en su vida está pasando algo malo y que sus amistades no sean buenas.
Miembros de maras ofrecen la amistad a los adolescentes y les comparten sustancias ilícitas para atraerlos a su garras y hacerlos que formen parte de su grupo criminal de donde no hay manera de escapar.
¿Qué hacer en caso de que mi hijo sea pandillero?
De acuerdo al sitio de consejos iMujerFamilia, si descubres que tu hijo es pandillero, lo mejor que puedes hacer es no enfrentarlo directamente, ya que lo puede tomar como agresión.
Habla con él sobre las consecuencias negativas que tiene el ser pandillero, por ejemplo: problemas con drogas, alcoholismo, cárcel y, por último, la muerte.
Una vez que tu hijo allá comprendido lo negativo de las pandillas, debes de motivarlo a asistir a grupos deportivos o culturales que le permitan sociabilizar de manera sana, evitando el aislamiento ya que por lo general este tipo de personas son blanco fácil, para los grupos de pandilleros.
No hay nada mejor que lograr que tu hijo canalice su energía, creatividad e inteligencia para algo constructivo, por ejemplo: si le gusta dibujar y pintar paredes, inscríbelo en un curso de pintura, de esta manera su trabajo se convertirá en arte.
Aléjalo de las malas compañías, pero sobre todo motívalo a pensar en grande, a ser diferente y único.
Las pandillas son destructivas, no dejes que tus hijos se mezclen en ellas.
Banco Interamericano de Desarrollo brinda estas señales: