El gobierno de Panamá dijo el lunes que investiga formalmente una denuncia de que ejecutivos del negocio hotelero de la familia del presidente Donald Trump ocupan ilegalmente un hotel Trump de lujo de 70 pisos en medio de una disputa administrativa.
El Ministerio Público dijo que investiga si se ha incurrido en alguna “conducta punible” en el Trump International Hotel en Panamá.
La disputa ha incluido guardias armados en la propiedad, acusaciones de destrucción indebida de documentos y una enconada disputa por el control de una habitación repleta de servidores de cómputo.
Los empleados bajo las órdenes del negocio hotelero de Trump han retenido el control físico del inmueble, pero los dueños del hotel controlaban al menos algunas de las cuentas bancarias del lugar.
El anuncio del lunes exacerbó la de por sí tensa crisis entre los dueños del hotel y los ejecutivos de Trump, quienes fueron contratados para administrar el negocio en Panamá años antes de que el magnate fuera electo presidente de Estados Unidos. Desde octubre, los dueños del hotel pretenden retirar la marca Trump y al equipo de administración del magnate debido a las acusaciones de pobre desempeño financiero y malos manejos administrativos.
La compañía de Trump rechaza esas afirmaciones y asegura que no dejará físicamente el hotel antes de que la disputa de negocios sea resuelta en un arbitraje.
Ambas partes han reconocido que guardias de seguridad armados, contratados por los ejecutivos de Trump, estuvieron en el inmueble.
“Soy su empleador de acuerdo con las leyes de Panamá”, escribió Orestes Fintiklis a los empleados del hotel en una carta enviada el domingo. Fintiklis es director de Ithaca Capital, que posee 202 de las 369 unidades del hotel. “La Trump Organization, para ganar ventaja financiera y estratégica contra mí y los dueños que represento, ha estado mintiéndoles y poniendo en grave peligro sus empleos en el hotel”.
Sin embargo, Trump Hotels se ha rehusado a aceptar la terminación de su contrato administrativo del hotel y considera ilegal cualquier despido.
La disputa contractual se ventila tanto en cortes estadounidenses como en arbitraje privado. Los dueños sostienen que Trump Hotels debe dejar la propiedad de inmediato y la semana pasada Fintiklis encabezó a un grupo para entregar personalmente a los altos administradores panameños de Trump los avisos de terminación.
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El personal de Trump rechazó ese intento. La Trump Organization llamó además a la policía y los altos mandos se atrincheraron en una habitación de seguridad. Los aliados de la asociación de dueños cortaron la electricidad de la habitación e interrumpieron inadvertidamente las líneas telefónicas del hotel y las conexiones a internet que eran canalizadas por los servidores ubicados en ese mismo lugar. Según una queja legal presentada por Fintiklis, los administradores de Trump Hotel destruyeron archivos de negocios, lo que rechaza el abogado de la firma del magnate.
“Eso es categóricamente falso”, dijo el abogado general de Trump, Alan Garten.
Fintiklis no respondió a los correos electrónicos de The Associated Press para comentar al respecto.
La enconada disputa se avivó el fin de semana: la Trump Organization envió a uno de sus principales ejecutivos hoteleros, Jeff Wagoner, y demás personal estadounidense a la Ciudad de Panamá para rechazar la ofensiva de los dueños. El equipo de Trump también reforzó su personal de seguridad para mantener el control del hotel.
Garten dijo que la empresa de Trump no tiene intención de dejar la propiedad antes de que la disputa se resuelva en arbitraje.
“Siempre hay seguridad en el hotel”, afirmó. “En este preciso momento, hay más seguridad”.
El hotel en Panamá es uno de los 12 restantes en el portafolio hotelero de Trump. Desde que el multimillonario asumió la presidencia, los hoteles en Toronto y Nueva York han alcanzado acuerdos para retirar el nombre de Trump y a sus equipos administrativos de los inmuebles. En el caso del ex hotel Trump SoHo en Manhattan, los dueños pagaron para anular un acuerdo de licencia y administración con Trump.