CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- Su nombre completo es Jeffrey Lionel Dahmer y fue un asesino serial que aterrorizó a la comunidad LGTBIQ+ desde la década de los 70 hasta inicios de los 90. Jeff también es llamado “El Caníbal de Milwaukee” por los actos atroces que realizó y que inspiraron a Netflix a realizar una serie.
Pero no solo el gigante del streaming ha realizado trabajos cinematográficos sobre este asesino, también existen películas, obras de teatro y libros que muestran sus actos atroces que incluyen asesinatos, desmembramientos, abuso sexual, canibalismo y necrofilia.
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Infancia y adolescencia de Jeff Dahmer
La mayoría de asesinos poseen la gran particularidad de sufrir una serie de traumas psicológicos en su infancia, sin embargo, Jeff declaró desde la cárcel que no estaba enojado con sus padres por la vida que recibió.
Cuando era un adolescente lo que más llamaba la atención de él es que no se relacionaba con otros jóvenes y pronto comenzó a desarrollar problemas con el alcohol.
Además, ya tenía conductas asesinas, pues torturaba animales y otras veces recogía animales muertos en la carretera para abrirlos y estudiarlos.
A los 18 años fue detenido y condenado a 10 meses de cárcel por intentar violar a un joven de 13 años.
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Tiempo después, en 1978, cometió su primer asesinato. Recogió a un muchacho que se encontraba en el autopista, llamado Steven Hicks, lo llevó a su casa y lo descuartizó. Guardo partes del cuerpo para realizar actos necrófilos, algo que se volvió común en sus asesinatos.
Los macabros asesinatos de Jeffrey Dahmer
Dahmer se contuvo nueve años de asesinar, fue hasta 1987 que volvió a cometer su segundo asesinato. En algunas entrevistas que le hicieron los medios en ese entonces, él confiesa que durante este tiempo reprimió sus instintos asesinos, los cuales liberó matando a 16 hombres más tarde.
En esos años Jeffrey era un hombre atractivo y su modus operandi consistía en ir a los clubes homosexuales y coquetear con sus víctimas.
Les ofrecía dinero por fotos eróticas, que les tomaba en su departamento y una vez allí los drogaba con fuertes sedantes y los degollaba o aún peor les hacía perforaciones en el cráneo y les colocaba ácido clorhídrico en el cerebro, lo que los mantenía vivos por un corto período.
Cuando sus cuerpos estaban sin vida, los desmembraba y practicaba sexo con sus extremidades y en algunas ocasiones se comía algunas partes.
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El fin de sus atrocidades
En 1991, un hombre corría por la calle en busca de ayuda con esposas en sus manos. Su nombre era Tracy Edwards y se escapaba de Jeff. Luego de un rato la policía que patrullaba la zona lo encontró y él les contó su versión de los hechos.
A pesar de que destilaba un fuerte olor a alcohol, los oficiales le creyeron y fueron en busca de la dirección que él les había proporcionado y llegaron así al domicilio de Dahmer. Después de conversar con él, entraron a su casa de habitación y encontraron todo tipo de evidencia incriminatoria en su contra.
Entre las pruebas que los hundieron, estaban 83 fotos polaroids donde se veían los cuerpos descuartizados de sus víctimas, partes humanas en su refrigerador y un barril con torsos humanos disueltos en ácido.
Tiempo después el asesino explicó que se comía a sus víctimas porque era una manera que fueran parte de él, además, planeaba realizar un altar con partes de los cuerpos que todavía preservaba, casi como trofeos.
Muerte
Jeff Dahmer fue capturado en 1991 y condenado el 15 de febrero de 1992 a 15 cadenas perpetuas consecutivas, es decir, 936 años de prisión.
Fue en el Instituto Correccional de Columbia donde el “caníbal de Milwaukee” terminó sus días, cuando dos reos, Christopher Scarver y Jesse Anderson, lo mataron a golpes a sus 34 años. Solo llegó a cumplir tres años de prisión.
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