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La embajadora de Estados Unidos en la ONU pide la salida de Bashar al Asad

Estas declaraciones muestran un posible cambio de perspectiva de la administración del presidente Donald Trump sobre Siria después del 'ataque químico'...
09.04.2017

Beirut, Líbano
La embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, estimó que el presidente sirio, Bashar al Asad, no podía continuar en el poder tras el supuesto ataque químico que Estados Unidos le atribuyó, antes de bombardear una base aérea del ejército en Siria.

'No existe ninguna opción en la que pueda producirse una solución política con Asad a la cabeza del régimen', declaró Nikki Haley el domingo a la CNN.

Estas declaraciones muestran un posible cambio de perspectiva de la administración del presidente Donald Trump sobre Siria después del ' ataque químico', que causó el martes al menos 87 muertos, incluido decenas de niños, en la localidad de Jan Sheijun.

Las imágenes insportables de civiles con convulsiones bajo sus mascarillas de oxígeno y de personas que yacen en las calles provocaron un ola de conmoción en el mundo y desencadenaron las represalias estadounidenses tres días más tarde.

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'Viendo sus acciones, viendo la situación, será difícil ver un gobierno estable y pacífico con Asad', añadió Haley.

'Pensamos que un cambio de régimen es algo que debería producirse', dijo, añadiendo sin embargo que Washington también se centra en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y en el final de la influencia iraní.

- Prioridad al EI -
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, reafirmó igualmente que 'la primera de las prioridades (para Estados Unidos en Siria) era la derrota' del EI, según el extracto de una entrevista en la CBS, que debe emitirse este domingo.

'Una vez que la amenaza del EI haya sido reducida, incluso eliminada, creo que podremos entonces dirigir nuestra atención directamente a la estabilización de la situación en Siria', declaró.

El cambio de régimen en Damasco y la salida de Asad, que durante años fue un deseo reiterado por la administración Obama, no parecía ser una prioridad para el nuevo gobierno estadounidense.

Pero el ataque contra Jan Sheijun parece haber cambiado la situación ya que Estados Unidos bombardeó por primera vez una base aérea del ejército sirio como represalia. La administración Trump informó después al Congreso que 'podría llevar a cabo más acciones'.

Los primeros análisis efectuados a las víctimas de Jan Sheijun sugieren que fueron expuestas a gas sarín, un potente agente neurotóxico. Pero la naturaleza exacta de la sustancia utilizada sigue siendo objeto de debate.

El gobierno sirio negó todas las acusaciones y señaló que en 2013 ratificó la Convención sobre la prohibición de armas químicas.

Foto: El Heraldo

Hassan Rohani, presidente de Irán apoya la continuidad de Bashar al Asad. (Foto: Agencias)


- Rohani reitera su apoyo a Asad -
En agosto de 2013, el régimen había sido acusado de utilizar gas sarín en un ataque contra dos sectores rebeldes en la periferia de Damasco, que se cobró cientos de vidas.

Siria debía haber destruido todo su arsenal químico según un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, pero se sospechó en varias ocasiones de que llevó a cabo ataques químicos.

Moscú y Teherán condenaron con dureza las acusaciones contra su aliado sirio.

El presidente iraní, Hassan Rohani, llamó a Bashar al Asad para reiterarle su apoyo y condenar el ataque estadounidense, según la agencia oficial SANA.

'La nación iraní permanece al lado de la nación siria en la lucha contra el terrorismo y en la protección de la integridad territorial de Siria', declaró el sábado por la tarde según un comunicado de la presidencia iraní.

'Las acusaciones según las cuales Asad estaría detrás de este ataque químico no tienen fundamento y fueron creadas por grupos rebeldes para influenciar a la opinión pública mundial', añadió el texto.

El día anterior, los jefes de los ejércitos ruso e iraní mostraron su voluntad de continuar su cooperación militar con Asad, 'hasta la derrota total de los terroristas y de los que los apoyan'.

La guerra en Siria, que comenzó en marzo su séptimo año, dejó ya más de 320.000 muertos. La indignación provocada por el ataque en Jan Sheijun no ha detenido los bombardeos aéreos.