QUITO, ECUADOR.- El británico Colin Armstrong, un excónsul honorario de Reino Unido en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, fue liberado “sano y salvo” tras un secuestro de cuatro días en el que sus captores exigían un millonario rescate, informaron autoridades este miércoles.
En un país sumido en la violencia del narco, el exdiplomático y próspero empresario de 78 años fue liberado hacia la medianoche del martes en una vía de la localidad de Rocafuerte, en la provincia costera de Manabí (suroeste), según la Policía.
Armstrong había sido secuestrado el sábado en la provincia de Los Ríos (suroeste y cercana al puerto de Guayaquil) y dejado en libertad “bajo presión” de las autoridades, en operaciones que dejaron nueve personas capturadas, aseguró el director de Investigaciones de la Policía, general Freddy Sarzosa.
Por su ubicación estratégica, Guayaquil -núcleo comercial de la nación- y sus alrededores se han transformado en un bastión de carteles que exportan droga a Estados Unidos y Europa.
“Estamos encantados de que Colin Armstrong OBE, nuestro excónsul honorario en Guayaquil, haya sido liberado de forma segura”, dijo el embajador británico en Quito, Chris Campbell, en la red social X.
El empresario agrícola fue llevado a un centro médico “para verificar su estado de salud y se encontraba en buenas condiciones”, indicó el comandante de la Policía, general César Zapata.
En una fotografía difundida por autoridades se ve al exdiplomático cruzado de brazos, con una gorra de la policía y erguido entre dos uniformados.
Según Sarzosa, la “motivación” del rapto fue “netamente económica”.
Los secuestradores pidieron como rescate una “alta cantidad económica”, añadió sin dar cifras.
“En este momento (Armstrong) se encuentra a buen recaudo”, insistió Sarzosa.
Chaleco bomba
Armstrong fue secuestrado junto a su pareja colombiana durante la madrugada del sábado en su hacienda, en la población de Baba (Los Ríos).
Bajo una total reserva por parte de las autoridades, medios ecuatorianos indicaron que la mujer fue liberada el domingo mientras acudía a una vivienda para recoger dinero y pagar el rescate.
Según esas versiones, la pareja de Armstrong llevaba un chaleco bomba que fue desactivado por un agente policial con traje antiexplosivos.
De su lado, el general Zapata indicó el miércoles que el fin de semana identificaron “a una mujer abandonada con unos presuntos artefactos explosivos que estaban adosados a su cuerpo” pero “se descartó” que fueran “explosivos reales”.
Armstrong es fundador de una gran empresa distribuidora de productos agrícolas con medio siglo en el mercado ecuatoriano.
La ministra de Gobierno, Mónica Palencia, pidió mantener la investigación del caso.
“No permitiremos la impunidad. Las acciones policiales continúan”, expresó.
Entre los nueve detenidos figura un extranjero, mientras que tres de los ecuatorianos registran antecedentes penales, de acuerdo con la policía.
Durante las investigaciones, agentes realizaron 30 allanamientos en viviendas en las que encontraron cinco granadas, seis armas y 1.500 municiones.
Toneladas de droga
El secuestro ocurrió en momentos en que Ecuador es azotado por los carteles de droga extranjeros y localesm que imponen un régimen de terror con matanzas, secuestros y extorsiones.
Numerosas bandas controlan las cárceles y las calles, lo que ha disparado el nivel de violencia. Desde 2018, los homicidios se han cuadriplicado, pasando de 6 a 26 por cada 100.000 habitantes en 2022. Para este año se espera una tasa de 40.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en el poder desde noviembre, apuesta por una política de mano dura contra las organizaciones del narco, que ha permeado las instituciones del Estado.
Unas 30 personas, entre ellas jueces, fiscales y policías de diversos rangos, fueron detenidas hace una semana por delitos relacionados con el crimen organizado.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador alcanzó un récord de 210 toneladas de droga incautadas en 2021.
A la guerra del narco se sumó la violencia política que segó a disparos la vida de uno de los candidatos favoritos a las últimas elecciones presidenciales. Durante esa campaña mataron también a ocho políticos, entre ellos un alcalde y un candidato a diputado.