Al menos seis municipios, entre ellos Centro, donde se ubica la capital estatal Villahermosa, estaban severamente afectados, obligando a al menos 12.000 personas a refugiarse en albergues.
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'Lo que más queremos es alimento y comida', pidió un hombre que desde el segundo piso de su casa observaba la inundación.
Las autoridades locales han reportado en los últimos días la muerte de ocho personas y 150,000 damnificados a consecuencia del desbordamiento de ríos luego del paso de Eta en el Caribe, que dejó intensas lluvias en Centroamérica y el sur de México.
A ello se suma que la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) desfogó la presa Peñitas, que estaba a su máxima capacidad, dejando al menos dos localidades inundadas.
En Macuspana, una de las zonas más afectadas, el nivel de las aguas alcanzaba el primer piso de las viviendas, constató la AFP.
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'Hay gente que no quedó ni con ropa. Yo dejé todo, fue una cosa tremenda. Aquí no tenemos ayuda de nadie, estamos abandonados', dijo Teresa Cordoba, una habitante de Macusapana que tuvo que abandonar su casa.
Los pobladores se han visto obligados a utilizar canoas, algunas improvisadas, ya sea para acudir a ver su casa o para prestar ayuda a su familia o conocidos.
Muchos damnificados han preferido permanecer en sus casas, subiendo a pisos altos, por temor a sufrir un contagio de covid-19 en albergues o a que delincuentes entren a sus viviendas a robar.
El gobierno de Tabasco, un estado costanero que por su situación geográfica se ha visto afectado por inundaciones en años anteriores, ha amagado con demandar a la CFE por los daños provocados por el desfogue de la represa.
En el vecino estado de Chiapas, la semana pasada se reportó la muerte de al menos 20 personas por las lluvias e inundaciones.
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