El excandidato presidencial de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, reunió a más de 40,000 personas en un mitin en el que pidió a los mexicanos oponerse al plan del gobierno de una mayor apertura a empresas privadas en el nacionalizado sector petrolero.
“Con la movilización pacífica vamos a impedir la privatización” del petróleo, dijo a sus seguidores López Obrador, candidato presidencial en 2006 y 2012 por el PRD (Partido de la Revolución Democrática) pero hoy alejado de esa formación.
López Obrador arremetió contra el proyecto de reforma energética presentado el 12 de agosto por el presidente Enrique Peña Nieto (PRI), que contempla cambios constitucionales para que la estatal Pemex (Petróleos Mexicanos) pueda firmar contratos de utilidad compartida con compañías privadas.
“Otorgar contratos de utilidad compartida significa que vamos a compartir las ganancias de la explotación de los recursos de todos los mexicanos”, recalcó López Obrador.
Esos acuerdos establecen que el sector privado tome el riesgo de inversión en el proceso de exploración y extracción y que el Estado decida el porcentaje de la utilidad que le toca al inversionista, que normalmente no debe superar el 50%, ha explicado el gobierno, que recalca que el control de los hidrocarburos y de sus rentas seguirán en poder del Estado.
“La intención es que las empresas se queden hasta con el 50% (...) Se trata de un vil y descarado atraco”, afirmó López Obrador ante las alrededor de 44,000 personas que congregó en la céntrica avenida Juárez, según un cálculo de la policía capitalina.
Cambio obligado
Inicialmente el mitin estaba planeado para realizarse en el Zócalo de la Ciudad de México; sin embargo, ante la negativa de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para dejar la plancha, que mantienen tomada desde el 19 de agosto, en protesta por las leyes secundarias de la Reforma Educativa, Morena tuvo que cambiar la sede de último minuto.
Pemex, que aporta más de un tercio de los recursos públicos del país, ha registrado una caída de su producción desde los 3.4 millones de barriles diarios de 2004 hasta 2.5 millones en 2012 y ahora el gobierno ve imprescindible asociarse con empresas privadas para las costosas extracciones de yacimientos de aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México (este).