BEAUFORT, Estados Unidos
José Rubén Guerrero, un ex marine, votaría por el senador republicano Marco Rubio en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Si tan solo tuviera el derecho a votar.
Este exmilitar, nacido en México, llegó a Estados Unidos con sus padres cuando tenía solo unos meses. A costa de todo riesgo, ellos decidieron quedarse en el país a pesar de que su visado expiró, violando la ley.
Él se inscribió en el Ejército y desde 1997 a 2003 fue parte del cuerpo de élite de los Marines. Hoy es un residente permanente y tiene una 'tarjeta verde'. Pero teme que sus antecedentes judiciales, que se niega a revelar, lo descalifiquen para obtener la nacionalidad y por eso jamás intentará pedirla.
El mexicano se describe como un 'inmigrante conservador' e interpeló a Rubio sobre su situación en una serie de preguntas y respuestas en Beaufort, en Carolina del Sur (sureste), donde la campaña de las primarias se concentra esta semana de cara a las votaciones el domingo.
'Tengo miedo de hacer una solicitud de naturalización porque hay exsoldados que fueron expulsados', dijo José al candidato republicano, ante otras 600 personas. '¿Qué haría usted para ayudarme?'.
La pregunta y la respuesta de Marco Rubio, él mismo hijo de inmigrantes cubanos, ilustran el malestar de los republicanos sobre la migración.
Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca exhiben una mucha firmeza contra los indocumentados, comenzando por el magnate Donald Trump, que prometió expulsar a más de 11 millones de inmigrantes irregulares en el país.
'Entiendo la contribución que los inmigrantes hicieron a Estados Unidos, incluido el servicio militar', respondió Rubio. 'Entiendo el lado humano de esto, es difícil', añadió.
'Pero somos un país soberano, y los países soberanos tienen que ser capaces de controlar quiénes, cuándo y cómo ingresan', acotó el senador, que en 2013 apoyó un ambicioso plan de regularización promovido por el presidente Barack Obama, antes de cambiar de opinión debido a críticas de conservadores.
El senador por el estado de Florida rechazó este martes cualquier reforma en tanto no se apliquen las medidas suplementarias en la frontera y contra trabajadores indocumentados.
El exsoldado dijo a la AFP que se reconoce parcialmente en la vida de Marco Rubio, 'su historia, sus vínculos con una comunidad multicultural'.
Pero José Rubén Guerrero consideró que es 'vergonzoso tener que preocuparse porque mis errores me hacen correr el riesgo de ser expulasado'.
Pese a todo, Rubio le aconsejó solicitar la naturalización.
'Algunos de los más apasionados estadounidenses son estadounidenses por elección', dijo Rubio. 'La gente sabe que Estados Unidos es especial porque sabe cómo es la vida fuera de Estados Unidos'.
José Rubén Guerrero, un ex marine, votaría por el senador republicano Marco Rubio en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Si tan solo tuviera el derecho a votar.
Este exmilitar, nacido en México, llegó a Estados Unidos con sus padres cuando tenía solo unos meses. A costa de todo riesgo, ellos decidieron quedarse en el país a pesar de que su visado expiró, violando la ley.
Él se inscribió en el Ejército y desde 1997 a 2003 fue parte del cuerpo de élite de los Marines. Hoy es un residente permanente y tiene una 'tarjeta verde'. Pero teme que sus antecedentes judiciales, que se niega a revelar, lo descalifiquen para obtener la nacionalidad y por eso jamás intentará pedirla.
El mexicano se describe como un 'inmigrante conservador' e interpeló a Rubio sobre su situación en una serie de preguntas y respuestas en Beaufort, en Carolina del Sur (sureste), donde la campaña de las primarias se concentra esta semana de cara a las votaciones el domingo.
'Tengo miedo de hacer una solicitud de naturalización porque hay exsoldados que fueron expulsados', dijo José al candidato republicano, ante otras 600 personas. '¿Qué haría usted para ayudarme?'.
La pregunta y la respuesta de Marco Rubio, él mismo hijo de inmigrantes cubanos, ilustran el malestar de los republicanos sobre la migración.
Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca exhiben una mucha firmeza contra los indocumentados, comenzando por el magnate Donald Trump, que prometió expulsar a más de 11 millones de inmigrantes irregulares en el país.
'Entiendo la contribución que los inmigrantes hicieron a Estados Unidos, incluido el servicio militar', respondió Rubio. 'Entiendo el lado humano de esto, es difícil', añadió.
'Pero somos un país soberano, y los países soberanos tienen que ser capaces de controlar quiénes, cuándo y cómo ingresan', acotó el senador, que en 2013 apoyó un ambicioso plan de regularización promovido por el presidente Barack Obama, antes de cambiar de opinión debido a críticas de conservadores.
El senador por el estado de Florida rechazó este martes cualquier reforma en tanto no se apliquen las medidas suplementarias en la frontera y contra trabajadores indocumentados.
El exsoldado dijo a la AFP que se reconoce parcialmente en la vida de Marco Rubio, 'su historia, sus vínculos con una comunidad multicultural'.
Pero José Rubén Guerrero consideró que es 'vergonzoso tener que preocuparse porque mis errores me hacen correr el riesgo de ser expulasado'.
Pese a todo, Rubio le aconsejó solicitar la naturalización.
'Algunos de los más apasionados estadounidenses son estadounidenses por elección', dijo Rubio. 'La gente sabe que Estados Unidos es especial porque sabe cómo es la vida fuera de Estados Unidos'.