La misión encabezada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, arribó el martes a la Ciudad de México para sostener reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador y otras autoridades locales.
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Antes del encuentro con López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard dijo que la primera sesión de conversaciones, donde estaban presentes funcionarios civiles y militares, fue “cordial y productiva”. “La relación bilateral avanza y va muy bien”, escribió en su cuenta de Twitter.
Más temprano, Ebrard dijo que los estadounidenses tenían previsto presentarles los planes para atender las causas de fondo del flujo migratorio hacia la frontera sur de Estados Unidos que se ha incrementado de manera significativa durante este año tras la llegada al gobierno de Biden.
La delegación estadounidense incluía también a Juan González, asistente especial de Biden y director principal del Consejo Nacional de Seguridad para el Hemisferio Occidental, y a Ricardo Zúñiga, enviado especial del Departamento de Estado para el llamado Triángulo Norte, que conforman Guatemala, El Salvador y Honduras.
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Parte de la agenda prevista fue adelantada la víspera por la vicepresidenta Kamala Harris durante una conversación telefónica con López Obrador, quien consideró la plática como “muy buena”. Sin ofrecer mayores detalles de lo conversado, el gobernante se centró en alabar a Harris asegurando que es “muy sensible, muy respetuosa, muy eficaz”.
Harris y Mayorkas visitaron en junio la capital mexicana para discutir con López Obrador y miembros de su gabinete acciones para atender el masivo flujo de migrantes que se ha convertido en uno de los dolores de cabeza de Biden.
“No es usual que haya un contacto tan frecuente pero es muy positivo, (y) habla de la intensidad y capacidad de diálogo”, dijo Ebrard al referirse a las visitas que han hecho representantes de ambos gobiernos a Washington y Ciudad de México en los últimos meses.
El gobierno de López Obrador ha insistido en que se debe acelerar el crecimiento de la inversión para crear condiciones de bienestar social y económico en el sur de México y los países del Triángulo Norte y así contener la masiva migración.
Por su parte, Biden respalda una propuesta para proporcionar 7.000 millones de dólares en asistencia a Guatemala, El Salvador y Honduras y ayudar a atender la pobreza y la violencia que causan que las personas huyan a Estados Unidos.
Durante los últimos meses se ha registrado un creciente flujo de migrantes hacia la frontera sur de Estados Unidos provenientes en parte de esos países, que en último año se han visto golpeados por la crisis económica agudizada por la pandemia del coronavirus, la corrupción, la violencia y más recientemente por dos devastadores huracanes.
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Ebrard indicó que durante la visita de la delegación estadounidense también se discutirá la reapertura de la frontera con Estados Unidos para “hacerles ver la conveniencia para que se regularice la situación”. El canciller expresó que México tiene un “avance muy notable” en la vacunación de la población adulta de los municipios fronterizos, situación que aseguró que garantiza las condiciones para la reapertura que se espera lograr después de agosto.
Estados Unidos decidió el mes pasado extender hasta el 21 de agosto las restricciones de tránsito terrestre para viajes no esenciales en su frontera con México ante el aumento de los casos de coronavirus en ambos países y la aparición de la variante Delta, que es mucho más contagiosa que otras.
Las autoridades de ambos países esperan reunirse el próximo mes para un “diálogo económico de alto nivel” en el que se discutirá el mejoramiento de la infraestructura y la reactivación del proyecto del Banco de América del Norte, precisó el canciller.
En los primeros cinco meses del año el comercio entre México y Estados Unidos alcanzó 262.811 millones de dólares, lo que representó un incremento de 30,4% respecto del mismo período de 2020 consolidando al gigante latinoamericano como el principal socio comercial estadounidense.