En el condado de Orange, California, docenas de inmigrantes han firmado poderes notariales para autorizar a familiares y amigos a recoger a sus hijos de la escuela y usar sus cuentas bancarias para pagar facturas, en caso de que sean arrestados por agentes de inmigración.
En Filadelfia, inmigrantes portan guías de bolsillo 'Conoce tus derechos', en español e inglés, que explican lo que deben de hacer si es que son detenidos.
Y en Nueva York, la mexicana Zuleima Domínguez, de 23 años, y algunos de sus familiares tienen cuidado al abrir la puerta, y se preocupan y comienzan a hacer llamadas cuando alguien no llega a casa a tiempo.
En todo Estados Unidos, las nuevas medidas del presidente Donald Trump dirigidas a los cerca de 11 millones de inmigrantes que viven sin autorización en el país han creado temor y ansiedad, y han hecho que muchos se preparen para ser arrestados y alteren sus rutinas con la esperanza de evitar la deportación.
En El Paso, Texas, Carmen Ramos y sus amigos han creado una red para mantenerse todos en comunicación a través de mensajes de texto y avisarse sobre los puntos de revisión que establecen las autoridades de inmigración.
Ramos agregó que se está asegurando de que todo lo que hace está siempre bien hecho. Revisa las luces traseras de su auto antes de salir de su casa para asegurarse de que estén funcionando. No maneja por encima del límite de velocidad y siempre está al tanto de sus alrededores.
'Nos sorprende que hasta una multa te puede enviar de regreso a México', dijo Ramos, de 41 años, quien junto con su esposo y sus tres hijos emigraron de Ciudad Juárez en el 2008, debido a la violencia causada por el narcotráfico y a amenazas de muerte. Entraron a Estados Unidos con visas de turista y se quedaron después de que éstas vencieron.
'No tendríamos a dónde regresar', puntualizó.
La ansiedad entre los inmigrantes que viven de manera ilegal en el país ha ido aumentando en los últimos meses, pero se intensificó en las últimas semanas, después de que el gobierno de Trump envió claras señales de que desecharía la política de la era del expresidente Barack Obama, que era dar prioridad a la deportación de inmigrantes convictos de delitos graves.
El martes, el gobierno de Trump anunció que todos los inmigrantes sin autorización y que han sido acusados o declarados culpables de delitos, e incluso los sospechosos de haber cometido un delito, estarán en la lista de prioridades de las autoridades migratorias. Esto podría incluir gente arrestada por robo de prendas y otros delitos menores, o que simplemente cruzó la frontera de manera ilegal.
Algunos inmigrantes temen que sus parejas sin documentos legales sean deportadas. Y muchos están preocupados de que las deportaciones separen a padres de sus hijos nacidos en Estados Unidos.
'La gente se está resguardando porque tiene miedo', dijo Roberto G. Gonzales, asistente de profesor de sociología en la Universidad Harvard, cuya investigación se enfoca en inmigrantes y jóvenes latinos.