Mundo

Obama debe consolidar la recuperación

Enfrentará de nuevo un Congreso dividido, ya que los republicanos retuvieron la Cámara de Representantes y con ello el poder de bloqueo.

FOTOGALERÍA
08.11.2012

El presidente Barack Obama, reelecto, enfrenta varios desafíos económicos importantes, siendo el primero de ellos asegurar la viabilidad de la recuperación de la todavía frágil economía estadounidense.

Pese a que la economía está mejor que en noviembre de 2008, cuando Obama ganó por primera vez las elecciones, un momento en el cual el país había sido golpeado duramente por la recesión, todavía las expectativas de los estadounidenses siguen siendo muy altas.

Según una encuesta a boca de urna realizada por la cadena CNN, los temas económicos determinaron la decisión del 60% de los votantes.

El crecimiento de la economía (2,0% en el tercer trimestre) sigue siendo débil para generar una caída contundente del desempleo, situado en 7.9% en octubre, por encima del nivel de enero de 2009, cuando Obama asumió la presidencia.

La recuperación de la economía, dependiente en gran medida de la política de estímulo adoptada por el banco central estadounidense (Reserva Federal, Fed), debe superar dos escollos en el corto plazo.

El primero es el precipicio fiscal, una serie de ajustes automáticos para reducir el déficit público, que consisten en un alza de impuestos y una reducción del gasto, que entrarán en vigor en enero de 2013, de no lograrse un acuerdo en el Congreso, y que amenazan la recuperación de la economía.

El segundo obstáculo es el incremento del techo de la deuda, necesario para el funcionamiento del estado federal sin que el país incurra en una cesación de pagos, que debería ser aumentado durante el primer trimestre de 2013.

Sin embargo, la relación de fuerzas en el Congreso sigue siendo la misma que antes de las elecciones, por lo que los demócratas deberán negociar con los republicanos, que ostentan la mayoría en la Cámara de Representantes para evitar los errores de agosto de 2011.

Entonces, la incapacidad de llegar a un acuerdo bipartidista sobre la deuda llevó a Estados Unidos a perder la máxima nota crediticia de “AAA”, en la escala de calificación de Standard and Poor’s.

Congreso dividido

Obama emprendió viaje de regreso ayer de Chicago a Washington tras obtener una resonante reelección, pero con un Congreso de nuevo dividido.

Obama hizo historia con una victoria justa, pero suficiente ante el republicano Mitt Romney, y una inesperada mayoría reforzada en el Senado, pero su Partido Demócrata vio también como los republicanos renovaban la suya en la Cámara de Representantes.

En su discurso de victoria, Obama lanzó un mensaje de esperanza a los estadounidenses, a los que dijo que “lo mejor está aún por venir”, y aseguró que se siente más “inspirado” que nunca, y resuelto a lidiar con los problemas pendientes.

La amenaza de un masivo aumento de impuestos a partir de enero, la deuda, la reforma migratoria o la retirada de Afganistán lucen como interrogantes en el horizonte.

Como hace cuatro años, Obama volverá a prestar juramento sin ni un minuto libre para desperdiciar.

El presidente no perdió efectivamente el tiempo y llamó a los líderes del Congreso, el republicano John Boehner en la Cámara y el demócrata Harry Reid en el Senado.

“El presidente reiteró su compromiso de encontrar soluciones bipartidistas”, aseguró el portavoz Jay Carney.

Migración

El líder del Senado estadounidense, el demócrata Harry Reid, prometió que la reforma migratoria será una de las prioridades de la próxima legislatura, después de la resonante reelección del presidente Barack Obama, en buena parte gracias al voto hispano.

“Está muy, muy arriba en la lista”, dijo Reid, reelecto como senador por Nevada (oeste) y como líder de la mayoría demócrata.

Reid prometió “varias votaciones” sobre el tema, en rueda de prensa en el Capitolio.

El Partido Demócrata es el “partido de la diversidad”, aseguró Reid, quien añadió que buscaría de nuevo apoyos entre los republicanos.

Reid mencionó expresamente al excandidato presidencial John McCain, un senador que en el pasado apoyó iniciativas bipartidarias sobre el tema.

Más de 11 millones de personas viven indocumentadas en Estados Unidos, y una reforma que dé una vía legal para sacarlos de las sombras ha topado con repetidos fracasos en la última década.

La última vez que el Senado examinó el asunto fue cuando fracasó una votación en diciembre de 2010 sobre un texto conocido como Dream Act, para ofrecerles una vía de legalización a jóvenes que llegaron al país ilegalmente cuando eran menores.

Obama prometió igualmente durante los últimos meses que buscaría una reforma integral, lo que ya fue una promesa durante su anterior campaña en 2008.

Ante las críticas de la comunidad hispana, que es la primera minoría del país con más de 50 millones de personas, el presidente tomó medidas graduales para suavizar la situación de los indocumentados.

El gobierno de Obama ha deportado números récords de indocumentados, pero en junio el presidente anunció que Estados Unidos no deportaría a los inmigrantes que llegaron como menores al país, y que no tenían antecedentes.

Los republicanos acusaron a Obama de ignorar al Congreso para dar una “amnistía” a los indocumentados.

Latinoamérica

América Latina, gran olvidada de Estados Unidos en la última década, aguarda cambios hacia Cuba y la fracasada guerra contra las drogas tras la reelección de Barack Obama, aunque sin esperanzas de obtener su vieja reivindicación de acceso al mercado agrícola estadounidense.

Bill Clinton, el que más hizo por la reelección

Después de haber confirmado su triunfo, la primera llamada del presidente Barack Obama fue para Bill Clinton, un hombre que, a fuerza de pasión y elocuencia, hizo más que nadie para llevarlo hacia la cima.

El carismático expresidente no estaba en el escenario con Obama en Chicago cuando resultó electo ni fue mencionado en el discurso de victoria.

Sin embargo, Clinton, tan popular ahora como cuando asumió en 1993, mantiene un control sobre los votantes estadounidenses y fue especialmente valioso para alcanzar a la clase media blanca en estados clave que se anunciaban difíciles para Obama, por ejemplo Ohio y Pensilvania.

“Si ustedes votan por sus esperanzas y no por sus miedos, si votan por la unidad y no por la división, si creen que todos podemos trabajar juntos, todos reelegirán a Barack Obama”, dijo Clinton el lunes durante un mitin en Pittsburgh, Pensilvania.

La noche del martes, después de recibir una llamada de su rival Mitt Romney aceptando la derrota, Obama hizo su primera llamada a Clinton, según dijo un funcionario de la campaña demócrata.