El presidente estadounidense, Barack Obama, calificó el lunes al grupo yihadista Estado Islámico (EI) como 'la amenaza más urgente' para la comunidad internacional y anunció el envío de 250 soldados adicionales a Siria para combatirlo.
'Actualmente, la amenaza más urgente para nuestras naciones es el EI y es la razón por la cual estamos unidos en nuestra determinación para destruirlo', declaró el dirigente, recibido por la canciller Angela Merkek en Hanóver (norte de Alemania).
'Un pequeño número de miembros de las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses están ya presentes en Siria y sus análisis han sido esenciales para permitir a las fuerzas locales expulsar al EI de ciertas zonas clave', recordó Obama.
'Teniendo en cuenta el éxito (de esta misión), he aprobado el despliegue de 250 militares más en Siria, incluyendo fuerzas especiales', anunció, precisando que 'no estarán liderando la lucha en el terreno pero serán esenciales para proveer entrenamiento y asistir a las fuerzas locales' en la lucha contra el EI.
Obama estima sin embargo que la solución del conflicto sirio pasa por la negociación. 'Sería un error' por parte de Estados Unidos y Reino Unido o de cualquier alianza de países occidentales 'enviar tropas al terreno para derrocar al régimen de (Bashar) Al Asad', insistió durante el fin de semana.
La crisis siria estará probablemente entre las cuestiones abordadas este lunes por la tarde en una minicumbre en Hanóver en la que participarán, además de la canciller Angela Merkel y Obama, los jefes de gobierno británico e italiano, David Cameron y Matteo Renzi, así como el presidente francés, François Hollande.
63 civiles muertos
En Siria, la violencia ha vuelto con fuerza. Al menos cinco personas murieron el lunes en un atentado con coche bomba cerca del conocido mausoleo chiita de Sayeda Zeinab, en el sur de Damasco, según la agencia oficial siria Sana.
Desde el viernes, al menos 63 civiles han fallecido en Alepo, la antigua capital económica siria, que vive de nuevo al ritmo de ataques aéreos y disparos de obuses, tras semanas de calma relativa por la tregua instaurada a iniciativa de Estados Unidos y Rusia y entrada en vigor el 27 de febrero.
Alepo está dividida desde julio de 2012 en zonas controladas por el régimen al oeste y zonas controladas por los rebeldes al este.
En la sede de los 'cascos blancos', la defensa civil de las zonas rebeldes, el personal de salvamento estaba 'agotado', según un corresponsal de la AFP.
Tregua rota de facto
Frente a las múltiples violaciones de la tregua, Obama hizo un llamado el domingo para 'restablecer' el alto el fuego e indicó que se había entrevista con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
'A principios de la semana pasada hablé con el presidente (ruso) Putin para tratar de (...) reinstaurar un alto el fuego', precisó el mandatario en Hanóver.
Un portavoz de la Unión Europea instó a Estados Unidos y Rusia a 'ejercer toda su influencia para terminar con las violaciones' de la tregua.
'Nosotros podemos hacer presión, internacionalmente, sobre todas las partes (...) para que se sienten y traten de negociar una transición', insistió Obama, citando a Rusia e Irán - principales apoyos del presidente sirio -, así como a la oposición moderada siria.
Pero el diálogo de paz se encuentra estancado. En Ginebra, las negociaciones indirectas entre las partes auspiciadas por la ONU debían continuar hasta el miércoles, pero no se esperan avances de calado por el abandono 'formal' por parte del Alto Comité de Negociaciones (ACN) de las conversaciones, que reclama el restablecimiento de la tregua.
'La ofensiva del régimen no es sólo un ataque contra los sirios, también lo es contra el proceso de negociaciones en Ginebra', declaró el portavoz de la delegación, Salem al Meslet.
'La situación de las negociaciones podría ser bastante mejor si una de las delegaciones de la oposición no hubiera abandonado temporalmente Ginebra', declaró por su parte el ministro ruso de Relaciones exteriores, Serguei Lavrov.
Para él sin embargo 'las negociaciones proseguirán, no hay receso'.
Siria se encuentra devastada por una guerra que desde 2011 ha dejado más de 270.000 muertos y ha provocado el desplazamiento de la mitad de su población.