'La próxima semana se mantendrán las medidas de cuarentena estrictas, antes de entrar en una fase de 'cuarentena inteligente' que permitirá la reactivación de algunos sectores productivos', precisó el mandatario en rueda de prensa luego de inaugurar un tramo carretero en Alberdi, 100 km al sur de Asunción.
Luego vendrá una 'cuarentena inteligente' que se aplicará desde la primera semana del mes próximo que busca reactivar el sector productivo y comercial.
VEA: España registra más curados que nuevos enfermos por coronavirus
La economía paraguaya, con un Producto Interno Bruto (PIB) anual de poco más de 40,000 millones de dólares, ha dejado de producir 2,000 millones de dólares por mes, admitió el gobernante.
El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, dijo que la reactivación laboral exigirá de las empresas cumplir medidas sanitarias como el uso de tapabocas, control de temperatura, y turnos rotativos, entre otros.
'Abrir los comercios que podemos controlar requerirá de la misma responsabilidad con que hemos asumido la cuarentena estricta', subrayó el presidente.
Paraguay, con una población de poco más de 7 millones de habitantes, registró hasta el jueves 220 casos positivos del Covid-19 y nueve muertos desde que se conoció el primer caso el 7 de marzo.
ADEMÁS: Trump firma paquete de 483,000 dólares para el Covid-19
El gobierno destinó 1,600 millones de dólares para enfrentar las consecuencias sanitarias y sociales producidas por el aislamiento.
El jueves colocó otros 1,000 millones de dólares -en bonos soberanos- en el mercado internacional como refuerzo para hacer frente a la pandemia.
La cuarentena obligatoria solo permite concurrir a los supermercados y farmacias, bancos y financieras.
La Fiscalía ya imputó a unas 3,000 personas por la violación de la medida, encuadrada en artículos de una ley de protección del medio ambiente.
Las clases están suspendidas desde el 10 de marzo en todos los niveles y la reapertura se prevé para setiembre.
VEA TAMBIÉN: Trump dice que enviará respiradores a El Salvador y Ecuador
Las autoridades sanitarias determinaron la prohibición de los velatorios y el entierro directo de los fallecidos para evitar la circulación comunitaria.
Se autorizó a los cementerios a abrir las 24 horas para la recepción de los cuerpos.