Washington, Estados Unidos.- Cada diciembre, las ciudades y hogares se iluminan con luces navideñas, creando un ambiente mágico y lleno de simbolismo. ¿Tienen algún origen? Más allá de su belleza estética, hay un significado que se conecta con las tradiciones y valores de la Navidad.
Aunque para muchos el significado de las luces es irrelevante, para otros es de mucha importancia: es amor, felicidad y unidad.
En el contexto cristiano, por ejemplo, las luces navideñas representan la luz de Cristo, quien, según la tradición, vino al mundo para iluminar la oscuridad y guiar a la humanidad.
La Navidad, en especial, es celebrada como el nacimiento de Jesús, la “luz del mundo”, y las luces simbolizan esa esperanza y guía espiritual.
Fuera del ámbito religioso, pero con el mismo positivismo, las luces también representan esperanza y alegría. Es un recordatorio de unidad y paz, pues en los hogares, árboles de Navidad y calles, crea un ambiente ameno.
Desde las primeras celebraciones navideñas, las luces han sido parte fundamental de la decoración, transformando los espacios y creando una atmósfera especial de fiesta y reflexión.
Su origen
El uso de luces en los árboles de Navidad tiene sus raíces en Alemania en el siglo XVIII. Originalmente, las personas colocaban velas en los árboles de Navidad para imitar las estrellas del cielo.
Estas velas representaban la luz de Cristo y eran una forma simbólica de iluminar la Navidad. Aunque en un principio las velas eran reales, tuvieron que sustituirlas por los focos debido al peligro de generar un incendio con el fuego.
A medida que avanzó la tecnología, a finales del siglo XIX, las luces eléctricas comenzaron a reemplazar las velas. Thomas Edison contribuyó al desarrollo de las primeras luces de Navidad comerciales a principios del siglo XX.