Los equipos de rescate italianos extrajeron este martes tras 16 horas al último de tres niños que habían sido atrapados en el derrumbe de su casa tras el sismo de magnitud 4,0 que dejó el lunes dos muertos en la turística isla italiana de Ischia.
Un conmovedor y largo aplauso recibieron los bomberos que trabajaron sin descanso para rescatar a Ciro, el último de los tres hermanos que estaba sepultado por el derrumbe en Casamicciola, en el noroeste de la isla, frente a Nápoles.
Los equipos de rescate habían extraído durante la noche al padre y sucesivamente a los otros dos hijos, entre ellos un bebe de 7 meses, hasta culminar con el tercer rescate tras 16 horas.
Ciro, de 11 años, en calzoncillos y cubierto por el polvo, fue colocado en una camilla y traslado en ambulancia a un hospital para una serie de controles, aunque al parecer se encuentra en buenas condiciones.
'Ciro está sano y salvo. Los bomberos no cesaron de trabajar para socorrer a los tres niños', anunciaron en un tuit los bomberos.
El padre de los niños contó a la prensa que se encontraba en la cocina cuando se derrumbó el piso superior.
Los niños se encontraban en su propia habitación, mientras la esposa, encinta de cinco meses, se encontraba en el baño y pudo salir por una ventana dando la alarma.
La protección civil informó que una mujer anciana falleció en la misma localidad, al ser golpeada por material que cayó de una iglesia, mientras que otras 25 personas sufrieron heridas leves.
Según medios italianos, el cuerpo de otra mujer fue hallado entre los escombros de una casa derrumbada por el movimiento telúrico.
Según medios locales, los niños se salvaron porque se refugiaron bajo una cama.
La madrugada del martes, el jefe del departamento de la protección civil, Angelo Borrelli, precisó que Casamicciola y su vecina Lacco Ameno, áreas muy pobladas durante la temporada de verano, fueron las más afectadas.
El temblor tuvo lugar a las 20H57 (18H57 GMT), con epicentro localizado a 10 km de la isla. El sismo principal fue seguido de 14 réplicas menores, indicó Borrelli.
Varios edificios se derrumbaron y otros presentaban grietas y daños tras el leve sismo, lo que ha generado una serie de polémicas por la falta de medidas y controles contra las construcciones abusivas.
El exfiscal de Nápoles, Aldo de Chiara, denunció en el diario Il Corriere della Sera el elevado número de construcciones ilegales, realizadas con materiales de baja calidad, en una zona muy sísmica, de origen volcánica y apreciada como destino turístico internacional.
El hospital evacuado
El único hospital de la isla, situado en Lacco Ameno, se vio afectado y tuvo que ser evacuado parcialmente, aunque se instaló una estructura provisoria para atender a los heridos.
Cinco pacientes tuvieron que ser trasladados en helicóptero hacia otro hospital de la región.
Un barco con capacidad para 1.000 pasajeros llegó a la isla para evacuar a todos aquellos que quieran abandonar el lugar tras el terremoto.
Muchos turistas, entre ellos los que prefirieron pasar la noche al aire libre, empezaron a abandonar la isla por temor de las réplicas.
El sismo se produjo días antes del primer aniversario, el jueves, del terremoto que dejó 299 muertos en Amatrice y en municipios vecinos del centro del país.
En octubre de 2016 y enero de 2017 otros tres sismos sacudieron la misma región.
Según los medios, en la isla había equipos adicionales de bomberos y de protección civil para hacer frente a los incendios forestales que afectan este verano a todo el sur de Italia.
En plena temporada turística veraniega, los restaurantes de la isla estaban repletos y muchas tiendas seguían abiertas cuando se escuchó un ruido sordo y todo empezó a temblar, contaron varios testigos en Twitter.
'Una experiencia terrible, todo estaba temblando y se apagaron las luces, las casas se desplomaron, tenía la garganta hecha un nudo, una pesadilla', escribió una mujer.
'Estaba sentada en el sofá mirando televisión. Apagón, temblores y algo me cayó encima, grité, lloré, mi madre me cogió y corrimos hacia afuera', cuenta otra.
La electricidad quedó restablecida minutos después, pero muchas personas permanecieron en las calles sin atreverse a regresar a sus casas.
La isla de Ischia padece sismos a menudo, el más grave de los cuales se remonta a 1883.
Con una magnitud de 5,8, dejó más de 2.000 muertos, entre ellos la familia del filósofo Benedetto Croce, que tenía entonces 17 años y fue rescatado vivo de los escombros.