También penden temas como el gasoducto entre Rusia y Alemania al cual Estados Unidos se opone, la represión de la oposición en Bielorrusia y denuncias de Bielorrusia envió migrantes a través de Letonia, Lituania y Polonia con el fin de desestabilizar a Europa Occidental.
Merkel visita a Moscú en los últimos días de su gobierno de 16 años. Ella y Putin, quien ha sido presidente o primer ministro de Rusia desde el 2000, han logrado mantener abierto un canal de comunicación pese a sus profundas discrepancias políticas.
Aun así, la relación personal entre los dos ha decaído desde que Rusia se anexó la Península de Crimea en Ucrania en el 2014 y respaldó a rebeldes separatistas allí, además de otras medidas agresivas por parte de Moscú.
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Steffen Seibert, portavoz de Merkel, dijo días atrás en Berlín que los diálogos “con toda seguridad tratarán sobre los grandes temas internacionales del presente”.
“Obviamente hablarán de Afganistán, obviamente hablarán sobre el conflicto en el este de Ucrania, para cuya solución Rusia podría hacer mucho más”, añadió el vocero a reporteros.
“También hablarán de Bielorrusia, un país donde un dictador arremete contra su propio pueblo de la peor manera y sobre el cual el gobierno ruso, creemos, tiene gran influencia”, añadió.
Merkel estará en Rusia en el aniversario de la fecha en que Navalny se enfermó en un avión que sobrevolaba Siberia, el 20 de agosto del 2020. Seguidamente Navalny fue llevado a Alemania, donde se le practicaron exámenes y se determinó que fue envenenado con un agente neurotóxico de grado militar usado en la era soviética.