La fiebre que obligó a que George H.W. Bush pasara la Navidad en un hospital se ha agravado, y los médicos han restringido la dieta del expresidente, quien ahora solo puede consumir líquidos, dijo ayer un portavoz.
Jim McGrath, vocero del exmandatario, había dicho más temprano que la fiebre había desaparecido. Luego, precisó sus declaraciones y señaló que la temperatura del expresidente se había “elevado” en días recientes.
McGrath dijo que los médicos impusieron una dieta de líquidos a Bush, de 88 años, aunque no pudo explicar el motivo. Señaló que los doctores han tratado la persistente fiebre con Tylenol, pero no determinan aún la causa por la que el problema continúa.
El portavoz dijo que, en cambio, se ha ido corrigiendo una tos bronquial por la que se hospitalizó a Bush.
Aseguró que el expresidente tiene ahora solo un episodio de tos al día.
La hija de Bush, Dorothy, llegó ayer a Houston, procedente de Bethesda, Maryland.
Bush fue conducido a una unidad de tratamiento intensivo del hospital.