La agencia de seguridad estatal de Tamaulipas, conocida como el Grupo Coordinación para la Construcción de La Paz en Tamaulipas, dijo que la noche del viernes hombres armados robaron automóviles de civiles y camiones que luego utilizaron para bloquear las calles principales, incluidas algunas que van rumbo a los puentes internacionales, aunque no se afectaron los cruces fronterizos.
Al menos tres vehículos fueron incendiados mientras que otros fueron volcados o, simplemente, abandonados, y los autos calcinados permanecían el sábado en las vialidades en espera de que las autoridades los quitaran.
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El consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo emitió una alerta de seguridad durante la noche para advertir a sus empleados que no salieran debido a “múltiples tiroteos y bloqueos en la ciudad”.
El sábado en la tarde, publicó otra alerta diciendo que sus empleados estaban “sujetos a restricciones en sus traslados y un toque de queda en la tarde hasta próximo aviso”.
Alberto Rodríguez Juárez, del Grupo de Coordinación, dijo que las balaceras fueron el resultado de una confrontación con soldados en donde un presunto hombre armado murió. Las autoridades confiscaron una camioneta SUV y cinco armas de fuego, entre ellas un fusil calibre .50.
Uno de los enfrentamientos se registró en un vecindario cerca de una tienda de la cadena Walmart, mientras que los videos que circularon en las redes sociales mostraron a personas en pánico buscando refugio al interior de la tienda mientras se escuchaban balazos.
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Los incidentes del viernes siguieron a otros actos violentos en días previos después que las policías federal y estatal trasladaron a 75 reclusos de una prisión en Nuevo Laredo. En una serie de tiroteos, seis hombres armados y un soldado murieron, y algunos policías resultaron heridos.
Nuevo Laredo es territorio del Cártel del Noreste, un grupo escindido del alguna vez dominante y sangriento Cártel de los Zetas.
También es una de las dos ciudades en Tamaulipas a donde Estados Unidos ha estado enviando a miles de personas en busca de asilo bajo un programa conocido como “permanecer en México” en espera de que sus casos se resuelvan en las cortes estadounidenses.
La decisión de expandir el programa a Tamaulipas alarmó a los observadores dada la anarquía y dominancia del cártel en el estado. El Departamento de Estado de Estados Unidos lo incluyó desde hace mucho en su alerta máxima de viaje, al igual que lugares devastados por la guerra como Siria y Afganistán.
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