NUEVA ORLEANS, ESTADOS UNIDOS.- Nueva Orleans y Baton Rouge se salvaron de sufrir inundaciones catastróficas a causa de la depresión tropical Barry, pero incluso luego de que la tormenta continuaba debilitándose mientras avanzaba hacia el norte rumbo a Arkansas, sus bandas remanentes arrojaron hasta 43 centímetros (17 pulgadas) de lluvia en partes de Luisiana que transformaron partes del Delta del Mississippi en “un océano”.
Hacia la noche del lunes, con el vórtice de la tormenta ubicado unos 170 kilómetros (105 millas) al noroeste de Little Rock, el Servicio Nacional de Meteorología dijo que los avisos de inundaciones súbitas permanecían vigentes desde el sureste de Texas hasta la zona sur del Valle del Mississippi.
Los meteorólogos dijeron que se prevé que la tormenta deje hasta 10 centímetros (4 pulgadas) de lluvia en Arkansas, el oeste de Tennessee y Kentucky, el sureste de Missouri y el noroeste de Mississippi, y que en zonas aisladas podría alcanzar los 20 centímetros (8 pulgadas).
No se reportaron decesos o heridos de gravedad a causa de la tormenta.
Algunos de los temores iniciales que trajo consigo la tormenta no se materializaron: Un cambio en su trayectoria redujo la posibilidad de que se desbordaran los diques del río Mississippi en Nueva Orleans, en donde la ruptura de diques a lo largo de canales devastó la ciudad tras el paso del huracán Katrina en 2005. Y la posibilidad de lluvias torrenciales de la que hablaban los meteorólogos —comparándolas a la desastrosa inundación del área de Baton Rouge en 2016— tampoco ocurrieron.
“Esta fue una tormenta que obviamente pudo tener resultados muy, muy distintos”, dijo el gobernador John Bel Edwards. “Estamos agradecidos de que no se presentó el peor de los casos”.
Pero la tormenta seguía siendo un problema para muchos. Algunos diques se desbordaron en municipalidades costeras. Más de 90 personas fueron rescatadas debido al elevado nivel del agua en al menos 11 municipalidades, informó Edwards.
Y los problemas persistieron mucho después de las precipitaciones del sábado, cuando Barry tocó tierra como un débil huracán. Partes del suroeste de Luisiana recibieron diluvios la tarde del domingo y las primeras horas de la mañana.
El director de emergencias del distrito Calcasieu, Dick Gremillion, calculó que partes del norte del distrito recibieron 43 centímetros (17 pulgadas) en unas cuantas horas. Dos personas tuvieron que ser rescatadas de sus vehículos inundados y otras 19 fueron desalojadas de viviendas amenazadas por las crecidas, señaló.
En Oakdale, Luisiana, el alcalde Gene Paul calculó que 36 centímetros (14 pulgadas) cayeron durante la noche.
Hacia la noche del lunes, con el vórtice de la tormenta ubicado unos 170 kilómetros (105 millas) al noroeste de Little Rock, el Servicio Nacional de Meteorología dijo que los avisos de inundaciones súbitas permanecían vigentes desde el sureste de Texas hasta la zona sur del Valle del Mississippi.
Los meteorólogos dijeron que se prevé que la tormenta deje hasta 10 centímetros (4 pulgadas) de lluvia en Arkansas, el oeste de Tennessee y Kentucky, el sureste de Missouri y el noroeste de Mississippi, y que en zonas aisladas podría alcanzar los 20 centímetros (8 pulgadas).
No se reportaron decesos o heridos de gravedad a causa de la tormenta.
Algunos de los temores iniciales que trajo consigo la tormenta no se materializaron: Un cambio en su trayectoria redujo la posibilidad de que se desbordaran los diques del río Mississippi en Nueva Orleans, en donde la ruptura de diques a lo largo de canales devastó la ciudad tras el paso del huracán Katrina en 2005. Y la posibilidad de lluvias torrenciales de la que hablaban los meteorólogos —comparándolas a la desastrosa inundación del área de Baton Rouge en 2016— tampoco ocurrieron.
“Esta fue una tormenta que obviamente pudo tener resultados muy, muy distintos”, dijo el gobernador John Bel Edwards. “Estamos agradecidos de que no se presentó el peor de los casos”.
Pero la tormenta seguía siendo un problema para muchos. Algunos diques se desbordaron en municipalidades costeras. Más de 90 personas fueron rescatadas debido al elevado nivel del agua en al menos 11 municipalidades, informó Edwards.
Y los problemas persistieron mucho después de las precipitaciones del sábado, cuando Barry tocó tierra como un débil huracán. Partes del suroeste de Luisiana recibieron diluvios la tarde del domingo y las primeras horas de la mañana.
El director de emergencias del distrito Calcasieu, Dick Gremillion, calculó que partes del norte del distrito recibieron 43 centímetros (17 pulgadas) en unas cuantas horas. Dos personas tuvieron que ser rescatadas de sus vehículos inundados y otras 19 fueron desalojadas de viviendas amenazadas por las crecidas, señaló.
En Oakdale, Luisiana, el alcalde Gene Paul calculó que 36 centímetros (14 pulgadas) cayeron durante la noche.
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