El rezo tuvo lugar en presencia de un centenar de personas, implicadas de una forma u otra en la pandemia de la Covid-19 -que causó más de 33,000 muertos en Italia-, como personal sanitario, miembros de protección civil y otros.
El sumo pontífice estaba sentado delante de la réplica de la cueva de Lourdes, meditando, de espaldas a los fieles, que guardaban una distancia de más de un metro entre sí.
La oración fue retransmitida en directo por la página de Facebook del Vaticano y también por CTV, la cadena de televisión del pequeño Estado.
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Desde que empezó el confinamiento en Italia, el 10 de marzo, el Vaticano aplicó las mismas reglas de distanciamiento de seguridad que las impuestas en el resto de la península.
Desde entonces, el papa solo había recibido delegaciones muy reducidas, interrumpió sus audiencias semanales de los miércoles y los rezos del domingo desde la ventana del palacio apostólico de la plaza de San Pedro fueron sustituidos por una retransmisión en video de la oración oficiada dentro del edificio.
Pero, a raíz del desconfinamiento progresivo que inició Italia, el papa volverá a dar su oración dominical desde la ventana del Palacio a partir del domingo ante los fieles, que pueden reunirse de nuevo en la plaza de San Pedro desde hace una semana.
Además, este sábado se celebraron oraciones similares a las del Vaticano simultáneamente en decenas de santuarios marianos del mundo, en Francia, Estados Unidos, Chile, Argentina, Canadá, Malta, Israel y Costa de Marfil.