Ataques de delfines en playas niponas arruinan verano de turistas
En años anteriores, personas reportaron lesiones por ataques de delfines en playas cercanas a la ciudad de Echizen, afirma la policía de la prefectura de Fukui
- 28 de agosto de 2024 a las 19:42
Por Hisako Ueno y Yan Zhuang/ The New York Times
En las playas de un idílico tramo costero de Japón, los salvavidas están listos para llamar a los nadadores de vuelta a la orilla al primer atisbo de una aleta. Dientes filosos mostrados en carteles advierten a los bañistas que hay peligro en el agua. No, no se trata de tiburones. Son delfines. Posiblemente se trate de un solo delfín solitario y sexualmente frustrado.
En la bahía de Wakasa, a unos 320 kilómetros al oeste de Tokio, los ataques de delfines han herido a al menos 47 personas desde el 2022. Muchos sufrieron mordeduras leves en las manos, pero algunos fueron trasladados a hospitales con fracturas de huesos o heridas que requirieron sutura.
En el 2022, 21 personas reportaron lesiones por ataques de delfines en playas cercanas a la ciudad de Echizen, afirma la policía de la prefectura de Fukui.
En el 2023, los ataques se concentraron en playas cerca de la ciudad de Mihama. Diez personas resultaron heridas; un hombre sufrió fractura de costillas.
Desde el 21 de julio de este año, al menos 16 personas han resultado heridas en ataques de delfines, principalmente en las playas cerca de Mihama y la cercana ciudad de Tsuruga. Dos sufrieron heridas en las manos que requirieron docenas de puntos.
Se desconoce el motivo de los ataques, pero existen algunas teorías.
Por un lado, puede ser un solo delfín. Ryoichi Matsubara, director del Acuario Echizen Matsushima, en Fukui, dijo que las fotos y videos de algunos de los ataques del 2022 y 2023 parecen mostrar al mismo delfín del Indo-Pacífico macho.
El delfín puede estar realizando un comportamiento de apareamiento, dijo, y agregó que en el 2022 y 2023 se le observó tratando de “presionar sus genitales contra las personas”.
Pero en muchos casos, los bañistas fueron mordidos cuando se acercaron o intentaron tocar al delfín, dijo Matsubara. Putu Mustika, catedrático e investigador marino en la Universidad James Cook, en Australia, dijo que este delfín podría ser naturalmente agresivo y molestarse cuando los humanos intentan tocarlo.
En la prefectura de Fukui, las autoridades han instalado decenas de dispositivos acústicos submarinos que emiten un ruido de alta frecuencia diseñado para disuadir a los delfines. Han colocado carteles y distribuido folletos advirtiendo a los bañistas que los delfines pueden morder o incluso arrastrar a los nadadores mar adentro.
Sobre todo, simplemente quieren que la gente deje de intentar interactuar con los delfines. “La gente huiría si fuera un oso”, dijo Matsubara. “No hay diferencia entre delfines y osos en términos de capacidad destructiva.
“Los expertos como nosotros les tememos, pero la gente que no lo sabe piensa que son tiernos”, añadió.
© 2024 The New York Times Company