Se roban espada de una leyenda ícono de Rocamadour, Francia

Por Hank Sanders y William Lamb / The New York Times

Según cuenta la leyenda, una espada de Dios dada a Roldán, un líder militar del siglo 8 bajo Carlomagno, era tan poderosa que la última misión de Roldán fue destruirla.

Cuando la espada, llamada Durandarte, resultó indestructible, Roldán la arrojó lo más lejos que pudo y surcó más de 160 kilómetros antes de cortar la pared rocosa en el pueblo medieval francés de Rocamadour.

Esa espada, según cuenta la historia, permaneció clavada en la piedra durante casi mil 300 años y se convirtió en una atracción turística en Rocamadour. Así que los residentes y funcionarios quedaron atónitos al descubrir en junio que la espada había desaparecido, de acuerdo con La Dépêche du Midi, un periódico francés.

Un oficial de la policía nacional de Francia en Cahors, un poblado a 50 kilómetros al suroeste de Rocamadour, dijo que la espada desapareció poco después del anochecer del 21 de junio. El oficial añadió que las autoridades abrieron una investigación después de que un transeúnte informó a la mañana siguiente que ya no estaba.

Dominique Lenfant, Alcaldesa de Rocamadour, dijo que la espada era una parada obligatoria para los turistas y un motivo de orgullo para los residentes, quienes conocen la leyenda estudiando el poema francés de los siglos 11 o 12 “El Cantar de Roldán”.

Cuando se enteró de que había desaparecido la espada, recordó, “Tuve la impresión de que alguien había cortado un trozo de Rocamadour, como si fuera un ser vivo y alguien acabara de cercenarle un brazo”.

“El Cantar de Roldán” se desarrolla en parte durante la Batalla de Roncesvalles en el año 778 d.C., durante la cual los hombres de Carlomagno que habían luchado contra los musulmanes en España, liderados por Roldán, se vieron seriamente superados en número. Según el relato, Roldán y su espada lucharon valientemente, pero resultó gravemente herido y no logró destruirla. Entonces escondió la espada debajo de su cuerpo.

Pero los guías turísticos de Rocamadour han animado a los visitantes a acudir al pueblo —varios castillos engarzados en una ladera empinada de una montaña— para ver la espada sobresaliendo de una grieta en la roca a unos 10 metros de altura.

Lenfant reconoció que la espada era una copia, pero “un emblema de nuestra herencia”. Su desaparición durante un ciclo político contencioso no hace más que añadir al misterio.

Grupos nacionalistas han hecho referencia a “El Cantar de Roldán” por su mensaje de que los musulmanes son un enemigo y que los inmigrantes musulmanes están invadiendo Francia, dijo Ada Maria Kuskowski, profesora asistente de historia en la Universidad de Pensilvania. Pero la teoría de que la espada pudo haber sido robada para enviar un mensaje político es simple conjetura.

Lenfant dijo que cuatro herreros se han ofrecido a crear una nueva Durandarte gratis.

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