Cartas al editor

Las heridas siguen abiertas

Honduras sigue atrapada en el fantasma del 2009. El golpe de estado dividió la sociedad en dos, golpistas o resistencia, los primeros llegando al poder de la mano de los militares, los segundos poniendo el cuerpo en las calles para exigir el retorno de la democracia. Pero ahora que miembros de la resistencia son actores del gobierno las heridas siguen supurando, “fuera golpistas”, gritan poco pero siguen enardecidos con el remanente de los funcionarios del régimen anterior.

Muchos aseguran que los Zelaya se han hecho adictos al poder, sus prácticas en política son populistas y se agencian gran rédito político, comprando alianzas con movimientos populares, resignando al país en un caos económico y social.

Por otro lado, la presente administración, inoperante, tanto o más como la de Zelaya, ha sido incapaz de reconducir la situación de nepotismo y las luchas intestinas por determinar quién será el siguiente en el trono de la nueva Corte Suprema de Justicia, boicotean las mejores intenciones de la sociedad civil, un canibalismo político salvaje.

No hay carrera pública ni continuidad programática, cada cuatro años cambian los mandos intermedios y superiores, el primer año en realizar los cambios y acomodos, los siguientes dos a ‘gobernar’ y el cuarto año y último a politiquear, imagino que en las embajadas habrá tranquilidad pues quedan otros dos años más de beca.

Triste historia la de Honduras, se la van a chupar, es el pueblo pueblo que vivirá con cuatro años más de pobreza, violencia y marginación. Triste la historia de este país y más ahora que estos oportunistas no soltarán el poder.

Pueden ver en redes sociales como miles de hondureños están en contra de que este gobierno siga reflejando su ideología por encima de la información objetiva, continuará perdiendo credibilidad.Se ha desarrollado un parasitismo a la nicaragüense. Vivir del dinero que no le llega al pueblo. Eso es todo. Y de izquierda nada.