Ha pasado más de un mes desde que se inició el nuevo año, la sociedad continúa motivada con el gran acontecimiento. En la medida que las semanas van transcurriendo, poco a poco, el mundo se acerca a la representación de un gran hecho que es parte de la historia de la humanidad, sobre todo para el mundo cristiano.
Hablar de Semana Santa es remontarse a la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo, suceso acontecido entre el 5, 6, 7 y 8 del mes de abril del año treinta y tres del siglo primero, tomando como referencia el calendario judío y calendario gregoriano, suceso que marcó la división de los tiempos, el antes y después de Cristo, el escenario de la muerte del Hijo de Dios dejó marcado en la humanidad una experiencia amarga.
Esto nos trae a reflexión con lo acontecido en el pasado reciente de dolor y luto dejado a muchas familias por la pandemia del covid 19, que arrebató a miles de personas a nivel mundial.
En nuestro país, personas de todas las edades sufrieron el embate de la pandemia, han transcurrido más de dos años de esta crisis sanitaria, que todavía sigue acechando a la humanidad, muchas familias perdieron sus amigos, padres, esposos, hijos, y otros familiares.
¿No creen ustedes que el asunto de la pandemia, haya sido una visita esporádica, de la segunda venida de Jesús, tal y como lo anuncia las sagradas escrituras? Por algo, el hijo de Dios anunció: “Estad listos y preparados porque no sabéis el día y la hora en que Cristo regresará”.
No olvidemos la señal que Él mismo Cristo antepuso: “y será predicado este evangelio del reino, por todo el mundo y entonces vendrá el fin”. La esperanza de todo cristiano es ser salvo cuando ocurra este evento; si esto es así, debemos de estar preparados para dicho acontecimiento; ¡el tiempo es hoy!