Cartas al editor

Sobre el Día de los Muertos

Todas las semanas en Honduras hay muertos, pareciera que en la vida de los hondureños los asesinatos en las calles, en hogares y otros sitios, se ha convertido en una tradición pero muy negativa. En los últimos 15 años las masacres se han multiplicado y las causas son muchas. Hubo un tiempo en que las personas podían deambular por esas calles que eran de Dios; luego fueron apareciendo en las calles muertos productos de homicidios, luego muchas ciudadanas jóvenes comenzaron a aparecer hechas cadáveres y encostaladas.

Las iglesias de distintas denominaciones empezaron a salir a las calles, practicando varios ritos, que hasta el día de hoy, no han producido los efectos deseados: unos regando leche y miel y otros haciendo plegarias repetitivas en las esquinas de las calles, tanto de Tegucigalpa como de Comayagüela: ¿de qué han servido tantos ritos y tantas alabanzas de los feligreses en las calles si el número de muertos ha aumentado con las masacres?

Y como si todo lo anterior fuera muy poco, la causa de muertes en los últimos dos años ha aumentado con el apretón de la pandemia y el descuido de gobiernos mentirosos y la excesiva corrupción.

Actualmente se ha sentido una disminución en las familias de pueblos, ciudades de todo el país; la queja común de la población ha sido el desabastecimiento de medicamentos en todos los centros hospitalarios, la lentitud de un gobierno que duró doce años observando morir a la gente; ya en el presente año, el pueblo vuelve a recoger las esperanzas perdidas con una mujer y el apoyo del pueblo tratará de refundar el país con nuevos elementos de desarrollo en la educación y el combate al hambre y la pobreza, por lo que esperamos un tesonero trabajo para el próximo año.

Las bendiciones del Santo Padre al pueblo de Honduras, a través de su Presidenta y acompañantes deberá funcionar en nuestro país.