El pasado jueves 12 de diciembre cumplí mis 60 años de edad. Gracias a Dios puedo decir que heredé de mis padres una vocación de servicio y un genuino interés por buscar el bien común. Los programas de televisión que cree en su momento “Todos por la Salud”, “Sistema Judicial”, “Justicia para Todos” y “Decisión Ejecutiva” tuvieron esa meta, y los artículos que escribo desde 1989 o algunos microprogramas que se transmitieron en canales de televisión y cine, de igual forma. Mi participación en los medios me ha permitido conocer figuras públicas de todos los partidos políticos, e, incluso, a algunos los conozco desde niños o su adolescencia, tal es el caso de Luis Zelaya y Nasry Asfura, es decir, desde antes que entraran a la política. A Nasralla lo invité en dos ocasiones a uno de mis programas (TPS), incluso hasta me prestó su tesis que realizó cuando se graduó de bachiller sobre “Salud y Deporte”. Rixi Moncada fue compañera de mi padre en el Ministerio Público en tiempos del fiscal general Roy Medina. Al que nunca he conocido es a Jorge Cálix Espinal.
Entonces, de cara a las elecciones del próximo año, en esta Noche Buena y para los deseos de fin de año habrá que orar por nuestro país y pedirle que el próximo presidente de Honduras sea un hombre o mujer que gobierne para nuestro país. Hay que observar bien quiénes están en sus planillas, pues cuando uno las ve con detenimiento solo le falta que en la parte superior le impriman la leyenda “Se Buscan”, pues son hombres y mujeres que están cuestionados en Honduras y en el extranjero.
La sociedad ya los conoce y los condenó por sus actos como funcionarios o como “representantes del pueblo”. Un presidente debe poseer cualidades y valores como la sencillez, ser respetuoso, tener visión, alegría, humildad y honestidad.
Un presidente honesto, que ese sea nuestro deseo de Navidad.