Columnistas

1923: año electoral

Hace un siglo, se convocó a los hondureños para que escogieran al sucesor del presidente Rafael López Gutiérrez, quien llegó al poder tras la guerra civil de 1919 que obligó al mandatario Francisco Bertrand a renunciar, presionado por Washington.

El Partido Nacional postuló como su candidato a Tiburcio Carías, el liberal llegó dividido a las urnas con dos candidatos, ambos habían ocupado previamente la titularidad del Ejecutivo: Policarpo Bonilla (1894-1899), Juan Ángel Arias (1903).

Ya en 1902 se presentaron tres candidatos a la presidencia: Manuel Bonilla, Arias y Marco Aurelio Soto. El triunfo electoral de Bonilla fue escamoteado por el Congreso que eligió a Arias como gobernante, provocando que Bonilla se alzara en armas, iniciándose nuevamente la guerra civil hasta la capitulación de Arias. La historia se repitió el 1923.

El cómputo de votos favoreció a Carías con 49,953 votos, don Policarpo: 35,474, Arias: 20,839. El diplomático estadounidense Franklin Morales reportó al Departamento de Estado que el arresto de muchos cariístas impidió que don Tiburcio recibiera mayor cantidad de sufragios, que le hubiera garantizado obtener mayoría absoluta requerida por la Constitución Política vigente.

Correspondía entonces al Congreso escoger al nuevo mandatario, al vicepresidente y a los magistrados, entre los postulantes que hubieran recibido, para cada cargo, mayor número de votos. En el Legislativo, los diputados liberales contaban con mayor número de diputados que los cariístas, pero sin llegar a tener las dos terceras partes requeridas para escoger a Arias, quien tenía 20 parlamentarios, Carías 16, Bonilla 10.

El ministro de Gobernación, Ángel Zúniga Huete, en circular enviada a los gobernadores políticos, afirmó: “Creo que no debemos dejar perder el país, el partido y el poder. Procure usted que haya el mayor número de Arias y Bonilla, y así sea el Congreso el que resuelva la elección. Yo asumo la responsabilidad de todo” (citado por Ramón Aquella. “Honduras desde 1900 a 1939”, en Documentos para la historia de Honduras, vol. II ,p. 551).

Las negociaciones anteriores y posteriores a la elección, entre los tres candidatos, fracasaron dada la recíproca intransigencia y el favoritismo oficial hacia Arias, cuando el cuñado de López Gutiérrez, Carlos Lagos, quien ambicionaba la presidencia, no pudo concretar su deseo.

Morales reportó al Departamento de Estado, el 15 de diciembre, que Carías estaba dispuesto a empuñar las armas para hacer valer su victoria electoral, supuestamente recibiendo ayuda para ello por la United Fruit Co., pese a saber que, de acuerdo al Tratado de Paz y Amistad firmado por Estados Unidos y las cinco Repúblicas centroamericanas en 1923, se inhabilitaba al no otorgar reconocimiento diplomático a quien hubiera accedido al poder “por un golpe de Estado o de una revolución contra el gobierno reconocido”.

López Gutiérrez concluyó su período presidencial sin que hubiera sido electo su sucesor; decretó la ley marcial en todo el país, ordenando el arresto de más de doscientos prominentes cariístas.

Don Tiburcio y sus seguidores abandonaron Tegucigalpa para emprender un movimiento armado. Se iniciaba, de nueva cuenta, otro ciclo de guerra civil: la de 1924.