Muchas de las participaciones públicas que ha tenido el papa Francisco se han orientado a los problemas que tiene el Vaticano en los últimos tiempos, la misma prensa italiana se ha encargado de dar a conocer datos reveladores de las dificultades por las cuales atraviesa la institución religiosa.
Uno de los problemas que está agobiando a la Iglesia es el tema financiero, solo para el 2023 la institución funcionó con un déficit operativo de 23 millones de euros. Se establece como causa el aumento de los gastos y la reducción de las contribuciones de las iglesias que más aporte han hecho a través de la historia, como la iglesia alemana, estadounidense, española e italiana.
Al respecto, en algunos países europeos algunas iglesias han tenido que cerrarse y sus instalaciones ahora son utilizadas no siempre con fines culturales como podría creerse, sino para construcciones dedicadas a la recreación.
El déficit financiero, para muchos críticos, es el reflejo de una crisis mayor que tiene como causa problemas relacionados con los fundamentos de la doctrina cristiana.
De esto se ha encargado el propio papa Francisco de develarlo, dice el papa que “hay que ser consciente de que a la Iglesia viene poca gente” y llama a buscar otra forma del reencuentro de los cristianos con la población, especialmente con los pobres y migrantes, también aconsejó “denunciar a la sociedad de la desigualdad, a veces tan grande, entre ricos y pobres, entre nacionales y extranjeros”, señalando, además, la necesidad de “sembrar esperanza”.
Otro tanto ocurre en Estados Unidos con la fe protestante. En un estudio publicado recientemente se estimó que en la década que terminó en 2020, de 3,850 a 7,700 lugares de culto cerraron por año en los Estados Unidos, que es igual a 75 a 150 congregaciones por semana.
En varios países europeos de tradición protestante, el tema no es diferente, se señala que en las últimas tres décadas se ha dado una creciente pérdida de feligresía acompañada por la venta o alquiler de más de dos mil templos.
Se puede redundar, de manera general, en las causas para explicar el achicamiento de las iglesias. Una de ellas es la desconexión del mensaje que se trasmite con una realidad que está en siempre cambio, lo mismo, la separación que se da entre ciencia y religión para lo cual pareciera que no hay respuestas. En esto también ha influido los escándalos financieros, tanto en la iglesia católica como protestante, muchos de esos escándalos han estado ligados a un afán de enriquecimiento ilícito de líderes religiosos.
Lo cierto es que uno de los pilares de los grandes relatos de la historia, como es el cristianismo, va perdiendo espacio, lo cual implica la pérdida de los valores y creencias tradicionales, sin que estos valores y tradiciones estén siendo reemplazados por nuevos valores y creencias superiores como garantía de superación del ser humano.