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¿Cómo reactivar la economía?

Frecuentemente se critica a los economistas por dos razones: 1) cuestionar con vehemencia las políticas públicas del gobierno; 2) olvidar plantear soluciones de políticas que sean viables. Esos cuestionamientos en esencia reflejan una actitud más generalizada de la ciudadanía: es más fácil criticar que ayudar a construir consensos. Además, debe tenerse presente que las propuestas de los economistas generalmente son ignoradas, ya que los que están en el poder, cuidan y promueven sus propios intereses en vez de respaldar el bien común.

En un contexto de desaceleración económica a nivel mundial, resulta oportuno plantear ideas destinadas a reactivar la economía nacional, para que sean tenidas en cuenta por el gobierno actual, pero también, para que sirvan de insumo a los líderes que sustituirán a los presentes gobernantes.

La propuesta gira en torno a siete áreas: reactivar la inversión privada, fomento y cuidado del empleo, apoyo a la construcción de vivienda, mejor ejecución presupuestaria, mayor inversión en infraestructura, respaldo decidido a la agricultura y la agroindustria, y, profundizar las reformas en protección social, salud y educación. En este escrito únicamente abordaré las tres primeras áreas, porque opino que son las más urgentes.

Reactivar la inversión privada: es esencial terminar el enfrentamiento inútil entre la empresa privada y el gobierno, porque sin la abierta y sostenida colaboración de ambas partes, no se puede mejorar la economía, generar suficientes ingresos tributarios y crear nuevas fuentes de trabajo. Definir una agenda mínima de colaboración debería ser algo prioritario, dejando a un lado la ideología y poniendo los intereses del país en primer lugar.

Dado que actualmente los temas de descenso son variados, tales como la Ley de Justicia Tributaria y el empleo parcial, deberían buscarse nuevas áreas en las que sea posible lograr entendimientos. Para fomentar la inversión privada tanto nacional como extranjera, no solo se necesitan estímulos fiscales, sino también energía eléctrica barata y sin interrupciones, mejor infraestructura vial, marítima, aeroportuaria y de telecomunicaciones, facilidad para realizar trámites gubernamentales, seguridad jurídica, reglas claras de juego y certidumbre de que no se cambiarán las reglas de juego a medio camino.

Fomento y cuidado del empleo: urge aprobar el proyecto de Empleo Parcial que presentó un diputado liberal; además, se requiere proporcionarle a los jóvenes desempleados un primer empleo, lo mismo que a las mujeres jefas de familia y a los ancianos que todavía tienen capacidad para laborar. La gran veta para fomentar el empleo reside en la formalización del sector informal de la economía, para lo cual a estos emprendedores se les debe dar acceso a la seguridad social, a créditos de fácil acceso, a capacitación en técnicas de mercadeo, contabilidad y el uso de redes sociales, sin olvidar las facilidades de participación en ferias de promoción de sus productos en diversos lugares del país.

Apoyo a la construcción de vivienda: el gobierno actual ya está realizando una buena labor en favor de la vivienda por medio del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi); sin embargo, se necesita tanto aumentar los fondos que maneja esa entidad bancaria de segundo piso, como un fuerte apoyo a los programas de garantías recíprocas, sin los cuales muchas demandas de financiamiento se las terminará llevando el viento.

Atender las tres áreas antes mencionadas, representaría una gran bendición para todos los hondureños.