Cada vez que escucho como el movimiento abortista pide la implantación de la legalización del aborto, sé que esta idea no está resolviendo ningún problema. Las narrativas que vemos como “Mi cuerpo, mi elección” , “Un bebé no debería venir al mundo sin ser deseado”, “Violan los derechos básicos de salud de las mujeres” y muchas mas, son producto de un miedo y una desinformación a la misma vez que solo se pueden solucionar a través de conversaciones, educación, claridad y madurez. Otras narrativas como que los hogares de acogida y las adopciones no son los mejores en todos los países también es contraproducente no sólo para el gobierno, sino para la sociedad. Como jóvenes, en lugar de demandar 'alternativas' porque no tenemos otra forma viable de gestionar las cosas, primero luchemos por convertir viables esas formas inviables.
Nuestra sociedad es muy proactiva y despierta, así debemos luchar por una implementación digna de oportunidades para madres que no pueden proveer lo necesario a sus recién nacidos, para que cada niño tenga la oportunidad de vivir en lugares dignos y tener la oportunidad vivir humanamente; deberíamos luchar por la financiación gubernamental en la educación que ayudaría a los niños alrededor del sistema público a sobresalir, independientemente de cualquier factor.
Deberíamos luchar por la vida, y dejar de poner excusas. La posibilidad de superar cualquier situación es mayor que las suposiciones subjetivas de lo contrario. Siempre se me viene a la mente, que con el dinero que se invertiría para establecer clínicas públicas de aborto, se podría utilizar en la financiación de hogares de acogida, centros de adopción y hospitalarios, campañas de lucha por la vida, informar a los adolescentes y jóvenes sobre estos temas, y mucho más. Como sociedad, deberíamos abordar los problemas reales que nos impiden evolucionar como humanos morales y que nos impiden las oportunidades. Deberíamos luchar por un sistema de apoyo más fuerte que responda de forma humana en uno de los mayores regalos de la naturaleza. Rechazo la idea de que los seres humanos en diferentes etapas de desarrollo o en diferentes circunstancias físicas no sean 'personas' con dignidad y derecho a la vida. La ciencia básica prueba que el ser humano emerge de la fecundación como una entidad humana viva cigótica completa, genéticamente única e individualizada, miembro de la especie Homo sapiens, que sólo necesita el entorno adecuado para crecer y desarrollarse.
A partir de esto, el primer y absoluto derecho de los derechos humanos es el derecho a la vida protege a esta criatura. La circunstancia de cada mujer es diferente y válida, y será utópico decir que todos entendemos lo que cada mujer está pasando. Sin embargo, nunca debemos renunciar a una vida sólo porque las situaciones se encuentren difíciles; si es sólo el caso de las interminables preocupaciones y las suposiciones subjetivas y engañosas lo que lleva a una mujer a realizar un aborto, la vida es más grande que cualquier dilema situacional que se encuentre. Esta no es una opinión desalmada, es la verdad; desalmado se puede llamar a la abolición y destrucción de una vida que no puede defenderse y que está perdiendo la protección de sus propios derechos. Para estas situaciones no hay que buscar una solución errónea que lleve a problemas cotidianos sin resolver, hay que buscar soluciones morales donde los funcionarios y servicios públicos atiendan a las mujeres y a los no nacidos de manera digna, humana, cuidadosa y verdadera. Aunque este tema es extenso y no se abarcaron varios aspectos cruciales, ya que merecen una imagen más grande a la hora de discutir y hacerlo en parte un pequeño fragmento en un artículo se quedaría corto, lo que pretendo retratar es la esencia del controversial debate. La vida es pura naturaleza y desarrollo, y desde el momento en que negamos la verdad de la vida, estamos destinados a ser parte de una sociedad decadente.