El corazón es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. El buen estado del sistema circulatorio es fundamental para que el resto de órganos puedan realizar sus funciones de forma correcta. El corazón y los ojos tienen una estrecha relación. Además de ser dos de los órganos más importantes, se ven afectados por condiciones muy similares: el tabaquismo, la obesidad, el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes o la obesidad, tienen un efecto perjudicial tanto para el corazón como para la vista. Pero hoy quiero hablar de algo más profundo, algo que no se ve a simple vista o aquello esencial que es invisible a los ojos; el mirar a los ojos con el corazón.
Antoine de Saint-Exupéry, quien desde su asteroide ha sido sumamente generoso con cualquier persona que se atreva a leerle, conocerle y por ende fascinarse con él, nos decía en voz de un astuto zorro que intentaba alimentar el alma de un Principito que “lo esencial es invisible a los ojos” y que “solamente es posible ver bien con el corazón”. A diario escucho comentarios que mi mirada es profunda, incluso algunas veces intimidante. ¿Qué sucederá para que cada persona ponga atención en mis ojos? Sencillo: finalmente fijar su mirada en mis ojos al momento de conversar, algo que soy de la idea siempre debería ocurrir.
Mirar con los ojos del corazón supone estar dispuestos a olvidar, a perdonar, a compartir, a entregarnos. Para ver con el corazón necesitamos aclarar nuestra mirada con el agua que da vida y que no se detiene en las apariencias, ni en las máscaras, ni en la falsedad del vacío. Cuando miramos con el corazón nuestros ojos marrones, negros, azules... se transforman en un bello arcoíris que irradia luz a quien se siente mirado por nosotros. No en balde se dice que “los ojos son el espejo del alma”, es decir, son el más efectivo y profundo medio de comunicar a los demás lo que sentimos y lo que realmente somos.
Para bien o para mal, los ojos hablan mucho de nosotros, ciertamente mucho más que las palabras, de ahí que no se debe olvidar que si bien nos hemos visto obligados a destacarlos, resulta particularmente necesario comprender que ver a alguien con los ojos, debemos hacerlo desde el corazón.¿Qué hay detrás de esos ojos hermosos de esa dama?, ¿qué me dice el mensaje de los ojos de ese infante?, ¿qué debo aprender de los ojos de mis compañeros de trabajo?, ¿qué estoy transmitiendo con mi mirada? Ver a los ojos de los demás con el corazón nos va a permitir empatizar un poco mejor y por ende a mejorar nuestros intercambios personales. Si el corazón no siente, los ojos no ven.
Les dejo entonces queridos lectores y lectoras una nueva gota de sabiduría que con ello confirmamos que no todo lo relacionado con el vuelo es técnico, por el contrario, viendo a una aeronave con el corazón más que con la mirada, cobra una dimensión diferente y seguramente más espiritual, por más que se trate de una máquina. Continúen descubriendo los verdaderos ojos de sus seres queridos, colegas, amistades y conocidos; y así lograr conectarte a través de esa mirada profunda desde el corazón.