Columnistas

Insípida guerra

Ausente de heroicidad épica, de encuentros de honor y con batallas hoy sustituidas por armas a distancia --avión, radar, misil, drones asesinos-- la guerra se vuelve cálculo y matemáticas donde valen nada la vida, el sacrificio e ideales antiguos, puros y a la vez defraudados, como patria, república y nación, haciendo que lo que sucede en Ucrania sea molienda ideológica y material, el esperado enfrentamiento, desde la guerra fría, entre un sistema social éticamente cruel --el capitalismo-- y otro nacido para fracasar desde la forma en que fue concebido y dirigido --el comunismo.

Aunque advirtamos temprano que Rusia no es, para nada, Estado socialista. Apenas si se aproxima a remedo de las socialdemocracias instaladas, con ancho éxito, en el área nórdica.

Así que si para defender a Rusia alguien acude a los nobles principios de Marx, Engels y Lenin, empecemos a reír.Ninguno de los viejos contendientes -EUA y la extinta Unión Soviética- creyó que el enfrentamiento terminaba en 1991 con las caídas del muro de Berlín y el sistema de izquierda; era imposible que se hicieran hermanos ya que ambos portaban en su carga genética la oposición al otro.

Las conferencias de Yalta y Potsdam, donde gringos, ingleses y soviéticos actuaron públicamente en concordia fue obra de teatro, pues mientras occidente propendía a la ocupación máxima de territorios y economías, la inteligencia soviética reforzaba el principio vital de que al capitalismo debía procurarle muerte.

Enemigos de nacimiento, su mutuo combate al fascismo hitleriano fue sólo un evento de conveniencia para sobrevivir en tanto volvían a cavar sus trincheras políticas.Eso se repite hoy en Ucrania, con un presidente payaso empecinado en sacrificar a su pueblo y ganar una guerra sin posibilidad pues la OTAN jamás va a lanzarse a enfrentamientos directos que podrían acarrearle, ni Buda lo quiera, una hecatombe nuclear. Alejado ese peligro --ya platicado entre Rusia y occidente-- la suma prueba es el desgaste.

A ver cuánto aguanta cada cual, que en verdad son 30 miembros de la Alianza contra uno, colusión que ocurre por no cumplir acuerdos tratados en 1990 y que comprendían la promesa de que NATO detendría su avance geográfico hacia la frontera rusa.En efecto, hubo un convenio de paz suscrito entre el Cuarteto de Alejandría (Francia, Ucrania, Rusia, Alemania) para mediar en la guerra de separatistas rusos en Donbass pero fue artimaña.

La cancillera Merkel reconoció que la firma fue para dar tiempo a que Ucrania se armara. Con todo, en 2015 se llegó a acuerdos de pacificación excepto que entonces, ah entonces, Ucrania anunció que se hacía miembro de la OTAN y Putin entendió que su enemigo se aliaba con sus enemigos y fue el desastre, pues con solo que la OTAN hubiera afirmado que NO recibía a Ucrania la actual guerra jamás hubiera comenzado.

EUA tiene problemas graves que busca resolver abriendo frescos conflictos, como detener el influjo que Rusia alcanza en el orbe con Putin y aprovechar la excusa de Taiwán para impedir que China sea la mayor economía del mundo (y por ende mayor fuerza militar) en 2030. Eso significaría el ocaso de EUA como lo conocemos y si para evitar un mundo multipolar debe morir un millón de ucranianos, pues que sea.