La devaluación o deslizamiento de la moneda nacional no ocurre por casualidad o capricho de algún funcionario o entidad pública, ya que económicamente es el resultado del deterioro de la Balanza de Pagos, entre cuyos componentes sobresalen los pertenecientes a la denominada Balanza Comercial, que desde hace varios años viene mostrando un significativo monto deficitario, porque las importaciones son bastante superiores a las exportaciones del país.
Toda la Balanza de Pagos se resume en la situación de las Reservas Internacionales Netas (RIN), las cuales, de un valor positivo en el 2021, han registrado cifras negativas en los últimos tres años: En el 2021 se ganaron 528.8 millones de dólares estadounidenses; en el 2022 se perdieron US$605.0 millones; en el 2023 se perdieron otros US$516.7 millones; y, al 21 de noviembre de 2024 se sumaron US$992.1 millones de pérdidas, de modo que en los tres últimos años las RIN han caído un total de US$2,113.8 millones, lo cual constituye una verdadera sangría para la economía nacional.
¿Cómo se logra contrarrestar esa voluminosa caída de las RIN? A largo plazo se pueden buscar nuevos mercados para colocar más exportaciones, al tiempo que se adoptan medidas para disminuir las importaciones. Además, se debe mejorar el clima de negocios y la seguridad jurídica para atraer más Inversión Extranjera Directa (IED). Con todo, como según Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos, también se deben encontrar vías para fortalecer la Balanza de Pagos en el corto plazo.
¿Cómo se fortalecen las RIN en el corto plazo? Esto se logra básicamente mediante tres mecanismos: 1) Mayor entrada de divisas por la obtención de financiamiento internacional privado; 2) Obtención de financiamiento concesional proveniente de organismos financieros internacionales; y, 3) Por ayuda y subvenciones de países y gobiernos amigos.
Debido a que la economía nacional experimenta una fuerte escasez de divisas, por ahora no existe otra mejor alternativa que devaluar la moneda, para evitar seguir perdiendo RIN y que se profundice la salida de capitales del país.
La devaluación había venido descendiendo, pero en los últimos meses se ha acelerado de forma preocupante: En el 2021 la moneda hondureña se devaluó en 0.2329 centavos (0.96%); en el 2022 el deslizamiento ascendió a 0.2050 centavos (0.84%); en el 2023 la moneda únicamente se devaluó en 0.0538 centavos (0.22%); sin embargo, hasta el 28 de noviembre de 2024, la devaluación alcanzó los 0.5121 centavos (2.07%); con todo, una estimación preliminar indica que al 31 de diciembre del presente año la devaluación registrará la cifra de 0.7519 centavos (3.03%), con lo cual el precio de venta del dólar al finalizar el año será de L25.5265 por cada moneda estadounidense.
¿Por qué la devaluación se ha acelerado tanto? No cabe duda de que en ello incidió la última negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que las autoridades económicas hondureñas tuvieron que acceder a subir la Tasa de Política Monetaria (TPM) y a intensificar el deslizamiento de la moneda nacional.
Lo curioso de la situación económica catracha reside en que la inflación interanual ha venido disminuyendo: el 2022 ascendió al 9.8%; en el 2023 descendió hasta el 5.19%; y, a octubre del 2024, se ubicó en apenas 4.05%. Sin embargo, la devaluación actual se traducirá en mayor inflación.
