Tegucigalpa, Honduras.- “Ya monseñor (José Nácher) lo decía: es imposible el cambio de la sociedad, si no empezamos a cambiar cada uno de nosotros. Aquí no es el tema de si ha mentido este o ha mentido aquel, o ha metido este otro, no. El tema es cambiemos, el tema es démonos a la tarea de ser mejores”, expresó el padre Juan Ángel López, vicario de la pastoral de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.
Esto en el marco del anuncio de la invitación al Jubileo 2025, denominado “Peregrinos de la Esperanza”, invitación que recientemente realizó su santidad, el Papa Francisco.
“Con la diatriba, con la mentira, con el insulto, con la falta de respeto al otro, -que se nos ha vuelto el pan de cada día- no nos hacemos mejores personas. Cuando yo pierdo la capacidad de dialogar, de disentir de manera respetuosa, de opinar, del diálogo, el que pierde soy yo; si yo me dedico a llenarme más bien de odio y a generar odio, no estoy siendo mejor persona y no le estoy ayudando al país en absolutamente nada”, recalcó el sacerdote.
Llamado a los políticos
En relación al proceso electoral que se avecina en marzo de 2025, el religioso fustigó nuevamente a que no se gana nada con señalar a este o al otro, haciéndole daño a otro y juzgándolo sencillamente porque no es de su mismo partido político o porque piensa diferente.
Aunque el tema a dar a conocer era la importancia del Jubileo 2025, López se tomó unos minutos para recordarle a la clase política del país, lo necesario que es estar unidos por el bien de esta nación.
“Yo entiendo, llamémosle el cansancio, el agotamiento que tenemos todos de tanta cosa que se dice y tanta cosa que no se cumple, y eso es cierto. Claro que hay cosas negativas en la manera que se lleva esta o aquella dirección de las instituciones en general, y lo que hay que pedirles a los que están dirigiendo, es que entiendan que cuando alguien les dice de buena fe algo y no les estamos corrigiendo, estamos queriendo que lo mejor sea para todos”, manifestó López.
Agregó: “Entendamos esto: el éxito de este gobierno, del que vendrá, del que pasó, nos afecta a todos; pero si solo nos dedicamos a señalarnos, a acusarnos, no vamos a cambiar. Necesitamos que los que están al frente entiendan que cuando alguien les dice las cosas, no necesariamente lo está haciendo para dañarle, eso serían argumentos ad hominem, es atacar la persona aprendamos argumentar”.
Invitación a un cambio
Por su parte, monseñor José Nácher Tatay, exteriorizó referente a esta actividad religiosa “esta invitación a la alegría año 2025, el Jubileo, está abierta a todas las personas de buena voluntad, no solamente a los que somos católicos bautizados, sino, a todas las personas de buena voluntad que creen en Cristo, como la puerta del cielo”.
Nácher reconoció ante la prensa nacional: “Sé que no estamos acostumbrados a esos mensajes y sé que a algunos les gusta más otro tipo de mensajes, como más confrontativos, pero nosotros lo que queremos es iluminar al mundo entero”.
Al consultarle sobre una verdadera conversión de los hondureños, contestó: “Usted pregunta ¿Cómo puede la conversión de cada persona sumar y crear una conversión de la sociedad? y yo pregunto: ¿Acaso puede la sociedad realmente cambiar si no es a través de la conversión de todos los corazones? Empezando por los presbíteros, las personas con responsabilidades políticas económicas, militares, los periodistas, los docentes”.
Para finalizar el padre Juan Ángel López, profirió: “A mi hay una cosa que me molesta y no es sólo de los políticos, es de todos. Hablan del espíritu navideño, solo durante el mes de diciembre se acuerdan de la gente, le llevan un tamal, le comparten una bolsa navideña ¿y el resto del año qué? En enero si te he visto, no te conozco, que el próximo año dicen que es año político; en Honduras nunca deja de ser. El otro año es año electoral. No juguemos con la dignidad de la gente”, recomendó.
El próximo año 2025, la iglesia católica celebra un nuevo Jubileo, evento que los católicos iniciaron a partir del año 1300, con el Papa Bonifacio VIII.
Consistía en aquel entonces, en que cada 50 años se perdonaban, se condonaban todas las deudas, incluso, se dejaba de trabajar la tierra, como una manera de hacer descansar la tierra.
La tradición de celebrar el Jubileo era cada 100 años, pero para el año 1340, la iglesia católica redujo el lapso de celebración a cada 50 años, pero en 1472 se tomó la decisión de que fuera cada 25 años.
Los católicos celebraron el último Jubileo en el año 2020.