Nadie que haya llegado a gobernar el país ha tenido el coraje de confesar públicamente que en su gestión administrativa la pobreza aumentó. Todos, sin ningún reparo, se atribuyen el mérito de haber reducido los altos niveles de pobreza o de haber dejado la mesa lista para que los hambrientos llenen sus estómagos.
La pobreza no se puede ocultar; tiene un aspecto curtido por las inclemencias del sol y la lluvia, se expresa en rostros famélicos y miradas fijas hacia un horizonte frívolo. Son niños semidesnudos, con sus estómagos llenos no de alimentos que los nutra sino de parásitos que los consumen, son niños que, por ser hijos de pobres, seguro que serán pobres toda su vida. Miles y miles de niños en Honduras, según organismos internacionales, cuando crezcan serán la mitad de su capacidad productiva de lo que podría ser si recibieran educación completa y gozaran de plena salud. Los pobres son esos que viven en las barriadas de las principales ciudades del país y de las zonas rurales donde el silencio de sus maltrechas viviendas apenas es interrumpido por los lamentos y el llanto que provoca su sufrimiento, los pobres son esos que le arrebataron el espacio a los ríos y a los suelos movedizos que solo esperan que las lluvias caigan para vengarse de sus ocupantes forzados e inocentes. La pobreza es la peor herencia de la llamada democracia en Honduras.
El dato más creíble sobre la pobreza en Honduras lo ha dado la Cepal, organismo especializado en temas económicos y sociales dependiente de las Naciones Unidas (ONU), este organismo ha señalado que, para América Latina, la tasa de pobreza en el 2023 fue del 27.3%, lo que apenas representa una disminución de 1.5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Más de 180 millones de personas en la región no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. De mantenerse ese ritmo de disminución de la pobreza, América Latina y el Caribe podría tardarse unos 18 años en superar la pobreza, pero no será así, aparecerán nuevos pobres que llenarán las estadísticas.
La situación de la pobreza no afecta a todos los países por igual, algunos países tienen rezagos mayores en este tema, cuestión que el organismo internacional se encarga de señalarlo cuando dice que Honduras y Perú, en la región, fueron los únicos dos países que tuvieron un aumento de la pobreza.
No se pueden esperar resultados diferentes en un país como Honduras donde los indicadores económicos han ido a la baja. Uno de los problemas que más afecta a la población es el desempleo y subempleo, además de los bajos salarios y una inflación galopante.
El panorama sobre el tema de la pobreza no parece halagüeño en Honduras. Miles de empleos se han perdido en lo que va del presente año con el cierre de empresas maquiladoras y no hay vicios de inversiones que puedan abrir nuevas fuentes de empleo.
Los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tienen obligaciones que ya se están ejecutando como es la devaluación de la moneda y el aumento de las tasas de interés bancario, eso repercutirá en el nivel de ingresos a la población y con ello, mayor pobreza.